Elegido por The Guardian como el mejor fotógrafo del año 2015, Yannis Behrakis es un reportero gráfico, jefe del departamento fotográfico de la agencia Reuters de Atenas. Con ocasión de un evento en su honor, que tendrá lugar en el salón de actos de la Secretaría General de la Información y Comunicación, el 10 de febrero a las 13.00 h., Behrakis accedió responder a una serie de preguntas formuladas por los boletines PanoramaGriego, GrèceHebdo, GNA, PuntoGrecia, GriechenlandAktuell.
Pregunta: Usted es reportero gráfico, corresponsal de la Agencia Reuters desde hace más de 25 años. ¿Como empezó su relación con la fotografía?
Respuesta: Realmente todo empezó por una curiosidad “innata” de comprender al mundo y descubrir lugares lejanos y culturas distintas. Con 24 años decidí estudiar fotografía y utilizarla como un instrumento para realizar mis sueños. Empecé mi carrera trabajando durante año y medio como fotógrafo comercial. Pero lo que supuso un giro importante en mi vida fue un hecho cotidiano y muy corriente: Un día fui al cine a ver la película “Bajo el fuego” con Nick Nolte y Gene Hackman, basada en la verdadera historia de un periodista y un fotógrafo que cubrían los últimos días del régimen de Somoza en Nicaragua, en 1979. El fotógrafo tomó instantáneas de unos soldados que mataban a su colega y arriesgando su vida varias veces consiguió llevar las fotos a Estados Unidos y difundirlas por varias cadenas americanas. Esa historia jugó un papel significativo en el cambio de la política exterior de Estados Unidos frente a Nicaragua; un mes después el dictador Somoza era derrocado mientras la justicia se encargaba del resto. Cuando salí del cine, aquella noche de 1984, tenía ya claro lo que quería hacer en mi vida. Creo sinceramente que la fotografía y el periodismo estando en buenas manos pueden mejorar el mundo.
Pregunta: ¿Podría resaltar alguna foto o momento de su vida profesional que pudo haberle cambiado su manera de ver las cosas?
Respuesta: Muchos momentos, días e imágenes son importantes para mí. Y espero que me queden otras tantas por vivir en el futuro.
Pregunta: Se ha encontrado varias veces en primera línea de guerra por todo el mundo y ha sido testigo de crímenes, genocidios, muertes y tragedias. ¿Le pasó alguna vez por la cabeza -aunque sea por un instante- la idea de no inmortalizar las atrocidades? Si eso ¿porqué?
Respuesta: Mi misión consiste en dar testimonio y compartir cada instante sea humano o inhumano.
Pregunta: Ha presenciado el drama de los refugiados en distintos lugares del planeta. Ahora, la misma historia se desarolla en nuestro país. El periódico británico THE GUARDIAN le ha premiado como mejor fotógrafo del año por sus espléndidas fotos que retratan el actual drama de los refugiados. ¿Ha sido esta realidad un desafío para usted y qué opina sobre la iniciativa de nominar a los habitantes de las islas griegas para el Premio Nobel de la paz?
Respuesta: El impacto emocional fue devastador. Por mucho tiempo sufría de pesadillas e insomnio. A veces me sentía culpable de no haber sido capaz de hacer más cosas para ayudar a estas personas. He sido testigo del éxodo de refugiados en muchos lugares del planeta durante los ultimos 25 años y conozco muy bien qué significa para ellos verse forzados a huir de la guerra, la pobreza y las persecuciones. Ahora puedo decir que mi experiencia de este año al final ha merecido la pena. Me ha dado la oportunidad de descubrir una vez más que la solidaridad de la gente sigue viva y activa. Miles de voluntarios griegos se volcaron con los refugiados y también muchos extranjeros que llegaron a Grecia ofreciendo su ayuda. Millones de personas de todo el mundo se involucraron de una manera u otra. Muchos de ellos reconocen que fueron mis fotos y las de mis colegas, también, lo que les empujó a participar. Europa está viviendo la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, según las Naciones Unidas. El número de personas que tuvieron que desplazarse en el mundo es posible que haya superado los 60 millones el año pasado. Creo que el desplazamiento masivo de personas acarrea consecuencias significativas para todo el mundo, desde los habitantes de Asia hasta las grandes organizaciones de Europa. Un flujo migratorio de este tamaño puede transformar el paisaje humano y cultural de todo el mundo.
Pregunta: ¿Cómo se defiende de las críticas vertidas contra los reporteros gráficos acusados de estar más concentrados en su misión fotográfica en vez de ayudar a personas realmente necesitadas? ¿En su trabajo existe un código de ética? ¿Hay límites deontológicos claros y cuáles son para usted personalmente?
Respuesta: Cuando creo que debo ayudar a la gente, no dudo ni un instante en acudir a su ayuda. Y lo mismo hace la mayoría de mis colegas. Si por ejemplo llega un bote de refugidos y los voluntarios y salvavidas están ahí para ayudar; si veo que las circunstancias son normales y los refugiados no corren ningún peligro, entonces acudo a inmortalizar los instantes. Sé que esas fotos constituyen para muchas personas una fuente de inspiración incitándoles a venir a ayudar; ese es mi deber. Mis límites en mi trabajo son mis propios valores, así como los valores del periodismo ético.
Pregunta: ¿Qué se siente uno pisando teritorios inexplorados? ¿Ha pensado alguna vez abandonar esta misión?
Respuesta: Me gusta andar por territorios inexplorados. Desgraciadamente un día tendré que poner punto final en mi trabajo. Pero lo que me consuela es mi esperanza de llegar a inspirar a otros a continuar ese magnífico trabajo.
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