El legendario ferrocarril de cremallera de Kalavrita, conocido como ΔΚ 8001, realiza un recorrido que se inicia en la ciudad costera de Diakoftó, al noroeste del Peloponeso, sigue el curso del río Vuraikós y consigue encaramarse a Kalavrita, ofreciendo a los amantes de la naturaleza una emocionante experiencia inolvidable.
Se trata de una de las más hermosas rutas turísticas de Grecia y la más estrecha de Europa, cubriendo una distancia de 22 kilómetros a una velocidad de 30 a 40 km/h que se reduce a 12 en las cremalleras, en una sola línea.
Obra de ingenieros franceses, el ferrocarril de Kalavrita fue inaugurado por el Gobierno de Trikupis en 1896 y, desde entonces, funciona ininterrumpidamente 365 días al año sin ningún incidente; por lo tanto forma parte de la flota ferroviaria histórica del país. Fue una obra de las más difíciles de la época, dada la poca accesibilidad del relieve montañoso de la zona y la gran altitud a la que termina su recorrido el tren. Es de destacer que su forma de construcción no alteró para nada el paisaje, ni tampoco el ecosistema del desfiladero. Es más; los técnicos utilizando la piedra y la madera de la zona han hecho ciertas intervenciones que parecen obras de la naturaleza misma. A nivel técnico, tuvieron que incorporar el sistema de cremallera que le permite superar las pendientes (de hasta 25%) de la ladera empinada y atravesar por paisajes de sublime belleza natural. No en vano está clasificado entre los mejores trenes del mundo de esta categoría.
El viaje que dura aproximadamente una hora se inicia en Diakoftó, atraviesa el barranco de Vuraikós y llega a Kalavrita. Les recomendamos reservar con tiempo para que no pierdan esta experiencia única.
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