Podrían ser caracterizadas como fotografías de propaganda ya que en ellas no se registra la miseria del pueblo, pero no lo son. Tampoco son fotos tomadas por turistas o por un profesional. Se trata simplemente de instantáneas captadas por soldados alemanes, amantes de la fotografía, durante la ocupación de Tesalónica por los alemanes de 1941 a 1944. En otras palabras, se trata de la vida en Tesalónica a través del objetivo de los nazis cuyo paso por la ciudad ha cambiado definitivamente su vida cotidiana y su aspecto: deportaciones sobre todo de judíos y opositores de la izquierda, destrucción de monumentos históricos, de recintos arqueológicos, cementerios e.t.c..
Todo este material fotográfico está expuesto en el Museo de Civilización Bizantina de Tesalónica (hasta el 6 de noviembre de 2016) en el marco de la muestra “Al margen de la guerra: Tesalónica bajo la ocupación alemana (1941-1944) a través de la colección de Byron Mitos”. La colección de Byron Mitos se compone de fotografías de Tesalónica tomadas por soldados alemanes que hacían su servicio militar durante la ocupación alemana. Inicialmente, las fotos pertenecían a un soldado alemán de desconocida identidad hasta que fureon compradas por el coleccionista Byron Mitos.
La colección consta de un conjunto heterogéneo de 3.000 fotos; muchos soldados, muchas miradas diferentes sin distinguir fácilmente la mirada del ocupante. También a nivel estético y de temática hay diferencias. Algunas de ellas son postales de la ciudad, otras de un carácter más personal. Siendo un tema tabú la mirada del ocupante tiene para nosotros unos efectos a veces imprevistos. He aquí una buena muestra de ellas:
Una imagen del puerto de Tesalónica
Es una imagen apasionante; el puerto de Tesalónica, probablemente en verano, en plena calma. Al fondo, entre un horizonte borroso, se percibe un velero con su mástil desnudo, sin velas. Predomina una serenidad absoluta, rota solamente por la presencia en el malecón de un niño limpiabotas que, sentado de espaldas al mar, lustra las botas de un soldado alemán. Un blanco y negro, al vez pálido y ligero, ilumina la cara del niño y el paisaje. A lo mejor se le ha pedido mirar al objetivo de la cámara pero sus ojos no se distinguen por la sombra de su casquete. Destaca el pose del soldado alemán quien aparece orgulloso, fuerte y robusto, ignorando el paisaje como si no existiera para él. Su figura y las sombras que la rodean son totalmente extrañas al conjunto del paisaje, como si se tratara de una imagen incrustada en otra. ¡Finalmente, el conquistador no ha conquistado nada, pero él no lo sabe!
La destrucción del cementerio judío
El cementerio judío de la ciudad tras su destrucción por los nazis en 1942. La imagen capturada por un alemán inmortaliza un paisaje de absoluta devastación que produce un sentimiento agobiante de desesperanza. El mar se divisa muy lejos perdido en el horizonte; las casas tampoco se pueden vislumbrar como si fueran fantasmas; las tumbas profanadas y saqueadas y la memoria de los muertos borrada. En el medio del cuadro dos figuras que andan, una masculina y otra feminina, no parecen seres vivos sino como los últimos muertos que abandonan el lugar sin volver la vista atrás.
La pintura alemana
Un soldado alemán pinta el Arco de Galerio en Tesalónica, durante un caluroso día de verano. En el centro muchos niños marchan desnudos sobre un camino de tierra batida. Es una imagen de una ciudad apacible que no da ninguna muestra de la vida real de un país ocupado excepto la presencia del extraño pintor quien se esfuerza a trabajar vestido, en pleno verano, de uniforme militar. ¿Y la bandera ondeante en la parte superior del arco, a quién pertenece?
El catálogo de la muestra ha sido editado con el apoyo del Consulado alemán en Tesalónica y la Asociación de Amigos del Museo de Civilización Bizantina.
*Texto orginal en francés Thessalonique à travers le regard du conquérant via GrèceHebdo
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