Hoy comienza la Semana Santa ortodoxa que en nuestro país se celebra en medio de un ambiente sombrío centrado en la Pasión y Muerte de Jesús. La Semana Santa culmina en el Domingo de Pascua, una de las mayores celebraciones del año, una fiesta alegre cuyas costumbres y tradiciones simbolizan la Resurrección de Cristo pero, también, el renacimiento de la naturaleza.
Las tradiciones especiales marcan no solo el dolor y el luto por la Crucifixión de Cristo y la celebración de Su Resurrección sino, también, el paso del invierno a la primavera. La palabra «Pascua» deriva de la parabra judía «pesaj» que significa «paso». El pueblo judío celebra el «pesaj» para conmemorar su liberación de los egipcios y el paso por el Mar Rojo. En los tiempos antiguos, la Pascua cristiana coincidía con el mes de Anthesterion (el mes de florecimiento), una celebración de la primavera y del renacimiento de la vegetación.
En el cristianismo oriental, la preparación espiritual para la Pascua comienza con la Gran Cuaresma, es decir el “lunes de ceniza” y dura cuarenta días. El Sábado de Lázaro y Domingo de Ramos son los festejos más importantes que dan comienzo a la Semana Santa. Toda la Semana Santa se caracteriza por un ambiente de misticismo y devoción que alcanza su punto álgido con las procesiones del viernes santo.
La celebración de la Pascua comienza la medianoche del Sábado Santo,con la misa de Pascua. Es la única ocasión en que las iglesias se ven abarrotadas de gente. Todo el mundo acude a la iglesia con una vela a mano la cual enciende con la Santa Luz. Para el cristianismo oriental, la celebración de la Divina Liturgia en la medianoche del sábado santo es considerada como la más importante y antigua liturgia cristiana, mientras la Pascua es la «fiesta de las fiestas». La semana que sigue al Domingo de Pascua se llama Semana de Gloria. El período después de la Pascua dura 49 días y termina con la Pentecostés (es el quincuagésimo día desde el comienzo de la Pascua).
La Pascua es la fiesta religiosa más importante para los griegos. Grecia ofrece muchas oportunidades para celebrar y descubrir el ambiente único de la Pascua Ortodoxa. Durante toda la Semana Santa, se puede asistir a la pasión de Cristo escuchando los himnos pascuales en las iglesias del centro y en los alrededores de Atenas.
El Viernes Santo es un día lleno de emoción que culmina con la procesión de Epitafios, Cristo yacente, alrededor de las iglesias. El Sábado Santo, la Anastasis (la resurrección de Cristo), es un motivo de alegría que comienza cuando el reloj marque la medianoche. Los griegos cantan el himno “Cristos Anesti “(Cristo ha resucitado) e intercambian buenos augurios antes de degustar la tradicional cena tardía con mayiritsa hecha a base de verduras y las tripas del cordero que, el día siguiente, se asará para la comida pascual.. Es habitual que muchos atenienses escapen de Atenas para ir a la montaña, a pueblos pintorescos o a las islas para pasar el dia de Pascua en el campo y preparar el cordero asado, el tipico plato del Domingo de Pascua.
Algunos optan por quedarse en casa con sus familias y amigos para celebrar una Pascua más urbana y salir a comer a restaurantes que ofrecen una versión moderna del tradicional menú de Semana Santa. Muchos hoteles en Atenas organizan estos tradicionales menus para el Domingo de Pascua.
Costumbres culinarias pascuales
Como la Pascua es la más alegre de las fiestas griegas, la comida está en el centro de todas las festividades. Además, constituye una magnífica ocasión de encuentros y reuniones familiares y de amigos, de comidas especiales, de largas tertulias alrededor de la mesa y, por fin, es tiempo para intercambiar buenos augurios y reforzar los vínculos entre las personas.
Los platos típicos que se elaboran en esos días pueden variar de un lugar a otro, pero en todas partes rige la regla de que nada debe desperdiciarse. El símbolo más emblemático de la Pascua en Grecia son los huevos pintados de rojo, que se preparan en todo el país.
Se dice que el color rojo representa la sangre de Cristo. La gente los prepara con fines decorativos, pero también para consumirlos. Además, existe la tradición del juego del ¨tsúgrisma¨, es decir de chocar un huevo con otro. Cada persona toma un huevo e intenta romper el de los demás. La persona cuyo huevo resulte más resistente tendrá, según la tradición, buena suerte durante el año. A los griegos les gustan mucho los dulces; así que durante esas festividades la gente prepara las famosas galletas de Pascua (kulurakia)y el tsureki, un delicioso bizcocho dulce y esponjoso.
Suelen ser preparados el Jueves Santo pero no se degustan hasta terminada la misa de medianoche del Sábado Santo. Este bizcocho que, tradicionalmente simboliza la fertilidad, es signo indiscutible del fin del ayuno.
El Sábado Santo, tras la misa de la Resurrección, la gente vuelve a casa donde “se cena” con la mayiritsa, la sopa tradicional de Pascua, hecha de las tripas del cordero que se asará, el día siguiente, para la comida pascual.
El día de la Pascua la gente se levanta temprano por la mañana y empieza a preparar el fuego de la barbacoa para asar o rostizar el cordero que es el plato principal de la comida pascual de todos los griegos.
El asado del cordero es un largo ritual que puede durar entre 6 y 7 horas, tiempo que se aprovecha para preparar los platos acompañantes o para tomar alguna que otra copita de ouzo o tsípuro. El festín del cordero transcurre lentamente, hasta la tarde, entre abundante comida y generosas cantidades de vino, canciones y bailes.
El día siguiente, naturalmente, es día de reposo en que se pasa de nuevo al ayuno pero, esta vez, no por razones religiosas sino para compensar los abusos y excesos del día anterior.
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