En Jaidari, a los pies del monte Egaleo y a 8 Km. del centro de Atenas, se encuentra el Jardín Botánico de Julia y Alejandro Diomidis. Este espacio verde, creado hace cuatro décadas, es muy poco conocido por el público; sin embargo, sus 186 hectáreas y la enorme variedad de flora  -contiene 3.000 especies de árboles procedentes de todo el mundo y muchas plantas aromáticas y medicinales-   constituyen un polo de atracción para los científicos extranjeros.
 
 
 
El primer Jardin Botánico del mundo fue creado en Atenas durante el siglo IV a. C. por Teofrasto, alumno de Aristóteles, considerado el fundador de la ciencia Botánica. El primer Jardín Botánico de la Grecia moderna fue fundado alrededor de 1840 por Carlos Nicolás Fraas, profesor de Botánica de la Universidad de Atenas, del cual actualmente no se conserva más que una pequeña parte; en la misma zona, pero a unos kilómetros más al oeste, se extiende el mayor jardín botánico de Grecia fundado por  el político griego, escritor y científico, Alejandro Diomidis, quien antes de su muerte había legado  parte de su fortuna a la Universidad de Atenas con ese fin;  su deseo empezó a realizarse en 1962 y fue concluido en 1975, año en que el Jardín Botánico que lleva su nombre abrió sus puertas al público.
 
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Desde entonces, se han llevado a cabo muchas obras complementarias que han cambiado la imagen inicial del Jardín, como la creación de nuevas secciones o la mejora de las ya existentes. El Jardín se divide en dos secciones; por una parte, está la zona cultivada de unas veinte hectáreas y, por otra, los ecosistemas naturales que acogen unas 600 especies de plantas autóctonas; su característica particular es que en ellos coexiste y crece la vegetación natural junto a las especies cultivadas. Además, como el ecosistema goza de una protección casi total de cualquier intervención humana, funciona  en él la cadena alimenticia, razón por la que se ha convertido en refugio ideal para muchas  especies animales como prueba la presencia de poblaciones de aves rapaces. 
 
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Las veinte hectáreas cultivadas, a su vez, están divididas en diferentes secciones según el área geofráfica o la temática, creando un magnífico paraje natural cuyo encanto lo podemos descubrir en una breve escapada del bullicio ateniense. Es fascinante la paleta de aromas que desprenden las plantas aromática, sobre todo cuando están en su periodo balsámico, o la inimaginable combinación de colores y perfumes que ofrecen las rosaledas durante todo el año.
 
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Finalmente, el interés del visitante cautiva la sección histórica que se remonta a la mitología, ya que en ella conocerá, entre otras plantas, la mortífera cicuta que tuvo que tomar Sócrates y el Paliuro (Paliurus aculeatus) o Espina de Cristo, el arbusto de cuyas espinas fue coronado Jesucristo en señal de burla y de desprecio. 
 
Se realizan visitas guiadas de lunes a viernes solamente con reserva. Para ampliar información clique aquí.
 
 

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