Atenas: capital griega del sol y de la antigüedad gloriosa; pero, también, capital de la pobreza galopante. Frente a la crisis, Kostas Polijronópulos aporta sus propias respuestas. Su cocina social «el Otro Humano» (Ο Άλλος Άνθρωπος) no es una asociación, ni una fundación; su creador no la define como organización caritativa; prefiere hablar de un gesto de solidaridad y humanidad.

La idea se le ocurrió mientras observaba en los mercados de fruta y verdura de Atenas a personas de diferentes edades, nacionalidades y clases sociales buscando en la basura para encontrar algo comestible. La primera, casi automática, reacción fue cocinar algo en casa y llevarlo a repartir entre la gente que deambulaba buscando en la basura de los mercados.

Pronto descubrió que compartir la comida con las personas crea una relación igualitaria, una relación más humana. Eso es lo que hace que Polijronópulos se niegue a definir su actividad como «caridad». No se trata de una distribución diaria en los comedores sociales en Atenas. La cocina es para «todos», el objetivo es que todos compartan la comida sin distinción. En definitiva, volver a crear lazos sociales, tomando en cuenta que la alimentación es una prioridad destinada principalmente a aquellos que pasan hambre.

En una entrevista concedida al periódico francés L´ Humanité, Polijronópulos explica el éxito de su iniciativa: «acabamos comiendo todos juntos; los vendedores, los sin techo, los pensionistas indigentes pero, también, los pijos que hacían sus compras de sábado. Todos pueden asistir, sea ofreciendo un poco de comida o ayudando a cocinar al aire libre; pero lo más importante es comer todos juntos con el fin de que haya un acercamiento mayor que rompa el sentido de apuro o de vergüenza que muy a menudo siente una persona esperando en la cola de los comedores sociales.

Polijronópulos y su equipo de voluntarios motivados no buscan la gloria de la filantropía, sino sensibilizar a los demás acerca de las condiciones precarias de los que sufren en su propia carne las consecuencias de la crisis económica en Europa o en otros lugares. Piensan llevar sus iniciativas, también, a otros lugares del país, siendo la próxima parada las islas del Egeo con el fin de cocinar y compartir mesa con los refugiados.

Todos los eventos de la cocina social se anuncian en su página web o en las redes sociales.

[Texto escrito por Léa Rollin para el boletín francófono GrèceHebdo.]

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