Autorretrato de Frédéric Boissonnas, 1900 © Bibliothèque de Genève)
 
Frédéric Boissonans, más conocido como Fred Boissonnas (1858-1946), fue un fotógrafo suizo que se hizo famoso por sus fotografías altamente artísticas de Grecia, el papel que desempeñó para el desarrollo de la fotografía en el país, así como su contribución a la forma de fotografiar las antigüedades en general. La exposición «Fred Boissonnas y el Mediterráneo. Una odisea fotográfica» en Tesalónica documenta sus obras, que recorren más de tres décadas de viajes fotográficos por Grecia y el Mediterráneo.
 
Nacido en Ginebra en 1858, François-Frédéric Boissonnas era el hijo mayor de Henri-Antoine Boissonnas (1833-1889), pionero de la fotografía y uno de los miembros fundadores de la sociedad fotográfica profesional de Ginebra. Había creado un estudio fotográfico del que Frédéric se haría cargo, junto con su hermano Edmond-Victor, en 1887.
 
Frédéric pronto adquiriría fama como fotógrafo. A partir de 1901, abriría otros estudios en otras ciudades, como París y San Petersburgo. Sus proyectos incluyen muchos viajes y varias publicaciones. Se hizo especialmente conocido por sus vistas panorámicas del Mont Blanc en los Alpes, que le valieron una distinción en la Exposición de París de 1900.
 
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La Acrópolis de Atenas, 1903
 
Boissonnas en Grecia
 
Fred Boissonnas visitó Grecia por primera vez en 1903, tras recibir el encargo del oficial del ejército británico Sir George Thomas Napier de fotografiar el legendario monte Parnaso del mismo modo que había fotografiado el Mont Blanc. En 1907, fue a Atenas para fotografiar la Acrópolis y otros monumentos, por encargo del editor ginebrino Charles Eggimann.
 
Volvería varias veces hasta 1933, viajando por todo el país y utilizando su lente para capturar impresionantes paisajes, pero también fotos cándidas y retratos de grupo representativos de la vida cotidiana y el trabajo manual en muchas partes de Grecia. Visitó la región del Epiro, el monte Olimpo (al que subió), Macedonia (incluida la península del Athos), Tesalia, Grecia central y el Peloponeso, y fotografió los yacimientos arqueológicos de Delfos, Olimpia, Dodoni, Cnosos y Delos, entre muchos otros.
 
En 1910 publicó el libro En Grèce par monts et par vaux (En Grecia: viajes por la montaña y el valle), junto con el escritor suizo Daniel Baud-Bovy, que le había acompañado en su viaje de 1907. El libro era el resultado de su viaje por las islas egeas de Syros, Tinos, Mykonos, Delos, Naxos, Amorgos, Santorini, Sikinos, Sifnos, Paros, Ios y Creta.
 
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 La laguna de Pilos, 1912 © Bibliothèque de Genève
 
Otras publicaciones con sus fotografías de Grecia son Des Cyclades en Crète au gré du vent (Siguiendo el viento desde las Cícladas hasta Creta) -de nuevo con Baud-Bovy- en 1919, la serie temática L’ image de la Grèce (La imagen de Grecia), que también incluía fotografías de su hijo, Edmond-Edouard, en 1919-1921, Le Tourisme en Grèce (El turismo en Grecia) en 1930 y Dans le sillage d’Ulysse. Album odysséen (En la estela de Ulises. Un álbum de Odisea) en 1933. Este último era una documentación del esfuerzo del diplomático, helenista y traductor de Homero, Victor Bérard, por recrear el viaje de Odiseo.
 
En el libro Turismo en Grecia (1930), que incluía no sólo sus fotos sino también sus propios textos, Boissonnas escribiría que «lo que siempre se encuentra en todas partes en Grecia es la hospitalidad, la conmovedora hospitalidad de los tiempos homéricos que hace que, por ejemplo, una pobre familia de pescadores ceda la única habitación de su casa a los visitantes forasteros que han venido de lejos y se han dejado atrapar al anochecer».
 
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Hombres en la tradicionalmente llamada Tumba de Homero en el extremo norte de la isla de Ios, Grecia, 1918
 
Además de su alto valor estético, las publicaciones de Boissonnas contribuyeron en gran medida a la imagen de Grecia en el extranjero, no sólo promocionándola como destino turístico, sino también ilustrando la idea de una identidad griega moderna. Sus cuidadas composiciones combinaban las antiguas ruinas que se hacían eco de un pasado glorioso con la realidad contemporánea de la vida rústica.
 
No sólo eso, sino que sus proyectos fotográficos también se utilizaron para promover las causas nacionales griegas: en 1913, tras la Primera Guerra de los Balcanes de 1912-1913 y el Tratado de Londres, la parte meridional de la región de Macedonia (incluida la ciudad de Tesalónica) junto con la parte meridional de la región de Epiro (incluida la ciudad de Ioannina), hasta entonces parte del Imperio Otomano, se incorporaron a Grecia.
 
A partir de entonces, Boissonnas obtuvo un importante patrocinio del Estado griego para tomar y promover imágenes de los territorios recién adquiridos. En febrero-marzo de 1919 expuso en París 550 de sus fotografías en una muestra titulada Visiones de Grecia, acompañada de un volumen ilustrado de 260 páginas. La exposición se realizó bajo los auspicios del primer ministro griego Eleftherios Venizelos y atrajo a numerosos visitantes.
 
Con motivo de sus viajes y su proyecto fotográfico, Boissonnas visitaría también otros países del Mediterráneo, sobre todo Egipto, donde fue invitado por el rey Fuad I en 1929 para trabajar en un importante encargo de un libro, y regresó en 1933 para una expedición fotográfica al Sinaí.
 
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El estrecho de Sicilia frente a Túnez, 1912 © Bibliothèque de Genève
 
“Fred Boissonnas y el Mediterráneo. Una odisea fotográfica”
 
El legado de Fred Boissonnas y su especial relación con Grecia y el resto del Mediterráneo es el tema de una gran retrospectiva en el MOMus-Museo de la Fotografía de Tesalónica. «Fred Boissonnas y el Mediterráneo. Una odisea fotográfica presenta» un total de 110 imágenes (impresiones fotográficas y aplicaciones multimedia), que arrojan luz sobre los viajes del artista por el Mediterráneo, desde el norte de Grecia hasta el desierto del Sinaí, y que comprenden escenas de la vida cotidiana, monumentos y paisajes.
 
La exposición está producida por el MOMus y coorganizada por el Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Ginebra, la Bibliothèque de Genève y el Museo de Arte e Historia de la Ciudad de Ginebra y con la colaboración de la Biblioteca Central de la Universidad Aristóteles de Tesalónica (AUTh). La mayoría de las obras expuestas proceden de las colecciones de la Bibliothèque de Genève y del Museo de Ginebra, así como de la Biblioteca Central (Biblioteca Trikoglou) de la AUTh. La exposición irá acompañada de una publicación en griego y se podrá visitar hasta el 8 de enero de 2023.
 
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Meteora, Tesalia, 1908 ©Trikoglou Library AUTh
 
Una primera versión de la exposición se había presentado en Ginebra en 2020-2021. La comisaria de la exposición, Estelle Sohier, profesora asociada del Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Ginebra, al comentar la presentación de la exposición en Τεσalónica, dijo que su objetivo es «ampliar la visión de la obra del fotógrafo suizo», ya que rastrea su «búsqueda para ampliar los límites materiales y simbólicos de la fotografía. Muestra cómo Grecia le permitió convertirla en una forma de arte por derecho propio».
 
La co-comisaria de la exposición e historiadora del arte en el MOMus, Areti Leopoulou, comentó que «la obra fotográfica de Boissonnas tuvo una importancia estratégica para las aspiraciones nacionales griegas a principios del siglo XX y, al mismo tiempo, se erige como una obra artística estéticamente completa de un fotógrafo que estuvo impresionantemente activo durante medio siglo». Esta exposición, junto con la publicación griega que la acompaña, es un nuevo paso importante en la documentación del archivo de Boissonnas del Ministerio de Cultura y Deporte griego, cuyo depositario es el MOMus Museo de Fotografía de Tesalónica, y en el esfuerzo sistemático del museo por poner de relieve la dinámica multidimensional (política, artística e histórica) de la obra de Boissonnas».
 
Texto en inglés vía Greek News Agenda (basado en artículos aparecidos en Griechenland Aktuell y Grèce Hebdo)
 
Trad.: C.P.
 
 

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