La Fundación B. & M. Theocharakis rinde homenaje al aclamado pintor surrealista Nikos Engonopoulos, 37 años después de su muerte, presentando una retrospectiva de su obra en 2022.
 
 
Nikos Engonopoulos estudió en la Escuela de Bellas Artes de Atenas con los profesores Konstantinos Parthenis, Dimitrios Biskinis, Thomas Thomopoulos y Yiannis Kefallinos. Gracias a su aprendizaje, tras su graduación en 1938, con Fotis Kontoglou y el profesor Alexandros Xyngopoulos, conoció la tradición y el espíritu del arte bizantino y postbizantino.
 
En 1967 fue nombrado profesor de pintura en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Técnica Nacional de Atenas. Sotiris Sorogas, su estrecho colaborador y sucesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, escribe: «Su temática se aleja del punto de vista teocrático retratado en los iconos, que se consideraba en sí mismo una gran aberración. Así, los rostros de los cuadros de Engonopoulos no llevan el elemento de lo divino. Por el contrario, son héroes dionisíacos o apolíneos, que a menudo representan al propio artista de forma críptica, en una atmósfera de ensueño, extravagantemente trágica. Sus cuadros narran mitos, hechos históricos o incidentes de la vida cotidiana, en los que el tiempo no convencional, la paradoja de las formas y la simbolización pendiente los convierten en lugares de encanto y misterio. Es aquí donde están sus referencias a la mitología griega».
 
Su mundo es un universo pictórico con héroes imaginarios de la mitología y la literatura, la historia y la poesía, con referencias a Hermes, Io, Hércules, Eurídice, Orfeo, Odiseo, Calipso, Tetis y Peleo, Jasón, Medea, o incluso a Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. Un mundo inesperado, que une el pasado con el presente, mostrando el poder de la expresión surrealista a través de la pintura, utilizando colores puros y una gran habilidad para el dibujo. Como señala Errieti Engonopoulou, su padre creía que «con el arte podemos enfrentarnos a la incoherencia de la vida. El arte puede aliviar nuestra vida, nuestro viaje hacia la muerte». En 1958, recibió el Primer Premio de Poesía del Ministerio de Educación griego, y la Cruz de Oro de Jorge I en 1966.
 
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Ciento cuarenta y ocho valiosas obras de Engonopoulos, procedentes de las colecciones de la Fundación Onassis, Alpha Bank, la Fundación Telóglion, la Galería Municipal de Rodas, la Galería Leventis, así como de numerosas colecciones privadas componen esta gran exposición.
 
Obras destacadas como Orfeo, Hermes y Eurídice (Ορφεύς, ΕρμήςκαιΕυρυδίκη), 1949, Argo (Αργώ), 1948, Orfeo (Ορφεύς), 1957, Los incorruptibles (Οιαδιάφθοροι), 1967, El pintor y su modelo (Οζωγράφοςκαιτομοντέλοτου), 1970, Orfeo (Ορφεύς), 1968, Homérico con el héroe (Ομηρικόμετονήρωα), 1938, Olimpia (Ολυμπία), 1970, Mercurius Buas (ΜερκούριοςΜπούας), 1971, Nico hora ruit, 1939, Concierto (Συναυλία), 1960, Cavafy (ΟΚαβάφης), 1948, Casanova (Καζανόβας), 1968, Musa Mediterránea (ΜεσογειακήΜούσα), 1984, Los Incorruptibles (Οιαδιάφθοροι), 1967, entre otros, revelan su obra de múltiples dimensiones.
 
La Sra. Eleni Glykatzi-Ahrweiler escribe en el catálogo de la exposición: “Si me preguntaran quién es para mí el surrealista por excelencia, extranjero o griego, respondería sin dudarlo a Nikos Engonopoulos. Hizo que la palabra como poeta y la imagen como pintor obedecieran a su propia sintaxis y gramática y compusieran una particular realidad contemplativa y estética. De nuevo, si me preguntaran quién me parece más importante, si Engonopoulos el poeta o Engonopoulos el pintor, diría que la pregunta es irrelevante. Engonopoulos hace poesía pintando y crea arte visual con su poesía”.
 
La exposición estará abierta hasta el 19 de junio de 2022 e irá acompañada de un catálogo de varias páginas del mismo título, con todas las obras expuestas, así como de textos de Eleni Glykatzi-Ahrweiler, Vassilis Papadopoulos, Katerina Perpinioti-Agazir y Takis Mavrotas.
 
C.P.
 
Fuente de imágenes: Fundación B. & M. Theocharakis
 
 

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