¿Cuál era el papel y la importancia del caballo en la antigua Atenas? La respuesta nos la ofrecen más de 50 objetos antiguos que componen  la interesante exposición «El caballo en la antigua Atenas», que alberga la Escuela Americana de Estudios Clásicos de Atenas, en el Ala Ioannis Makriyannis, hasta finales de abril de 2022. Muchos de esos objetos se presentan al público por primera vez, arrojando luz sobre aspectos conocidos y desconocidos de la relación de los atenienses con este animal. 
 
 
La exposición, comisariada por la profesora Jennifer Niles, directora de la Escuela Americana de Estudios Clásicos de Atenas, está estructurada en seis apartados temáticos: el entierro del caballo de Fáliro, la cría de caballos o su adiestramiento, las carreras de caballos, las carreras de carros, la caballería ateniense, la mitología y la religión.
 
La principal pieza de la exposición es impactante: se trata de uno de los esqueletos mejor conservados de los caballos hallados durante las recientes excavaciones (2012-2016) en el cementerio antiguo de Fáliro. En total se encontraron restos de 18 caballos. Este caballo en particular era un macho, de entre 4 y 7 años de edad y parece estar galopando. El motivo más probable de su muerte debe de ser el sacrificio en honor a Poseidón, dios de los caballos y del mar. La conservación y el estudio de los huesos del caballo de la necrópolis de Fáliro se llevaron a cabo en el Laboratorio de Ciencias Arqueológicas Malcolm H. Wiener de la Escuela Americana.
 
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La segunda obra importante de la exposición es el busto de bronce de un caballo procedente del Museo Arqueológico Nacional de Florencia, que perteneció a Lorenzo el Magnífico de la dinastía de los Médici. Se trata de un raro original de una estatua ecuestre de gran tamaño, que representa de forma realista los rasgos y la fuerza del caballo. Es la primera vez que este busto se presenta al público en Grecia y una de las pocas veces que se expone fuera de Italia.
 
El busto estaba originalmente dorado y servía de referencia y modelo para las copias que hacían los pintores italianos. En 2015, durante los trabajos de conservación, se encontraron tres letras griegas (X, N, L) talladas en el lado derecho del cuello del caballo, cerca de su tusa, hecho que prueba, sin lugar a dudas, que la estatua es griega y que fue fundida en el siglo IV a.C.
 
Otras piezas de la muestra, que acaparan la atención del visitante, son: un jarrón con la primera representación pictórica de un caballo en el arte de la antigua Atenas, que data aproximadamente del año 900 a.C, un caparazón de bronce, probablemente un botín de las guerras médicas, dedicado a la Acrópolis, un relieve de mármol que retrata una escena dramática de un guerrero saltando de un carro; un gran monumento funerario en honor a un caballero con una escena de batalla y una rara moneda de plata que representa al dios del mar, Poseidón, a caballo.
 
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Un ánfora, procedente de una excavación en Glyfada que contiene el enterramiento de un niño, también, se expone por primera vez al público. El jarrón, atribuido al pintor Lydós, uno de los pintores más importantes de la cerámica negra de Ática, representa a un joven jinete que monta un caballo al tiempo que conduce otro. Por último, hay figuras de caballos que, en la época antigua, constituían objetos populares destinados principalmente a los niños.
 
Los visitantes, también, podrán disfrutar de objetos y obras de arte que representan las múltiples funciones que desempeñaban los caballos en la antigua Atenas, como, por ejemplo, en las competiciones atléticas, en la guerra, en la mitología o en la religión. Desde las ofrendas funerarias hasta las dedicatorias a la Acrópolis de Atenas, estos objetos ponen de manifiesto la importancia simbólica del caballo en una ciudad caracterizada por su hipomanía.
 
La estrecha relación de la ciudad con los caballos, también, queda patente en los epítetos atribuidos a sus dos principales deidades: la Atenea Hippia y el Poseidón Hippio. El dios del mar creó el primer caballo, una criatura salvaje e indómita, por lo que es la única deidad que aparece a caballo. Fue la diosa Atenea quien inventó la brida y domesticó al caballo salvaje. Su magnífico templo, el Partenón, estaba decorado con más de 270 caballos tallados en mármol.
 
La compra y el mantenimiento de los caballos era muy costosa, por lo que sólo la aristocracia adinerada podía adquirirlos y asumir su mantenimiento y entrenamiento. Eran, desde entonces, un símbolo del estatus social, que sólo unos pocos podían poseerlos. Eran criados para la velocidad y resistencia y para el hipódromo, pero no para el arado. Las representaciones de carreras de caballos y de carros son muy populares en la pintura de vasos ateniense.
 
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En esta exposición, el arte y la ciencia se unen para presentar los últimos resultados de las investigaciones arqueológicas y de los análisis zooarqueológicos e históricos, que nos ayudan a comprender mejor la importancia del caballo en la antigua sociedad ateniense.
 
Los objetos expuestos proceden de las colecciones del Museo Arqueológico Nacional, el Museo de la Acrópolis, el Eforato de Antigüedades de la Ciudad de Atenas (Ágora Antigua, Necrópolis de Kerameikós, etc.), el Eforato de Antigüedades del Ática Oriental (Archivos y Museo de Vravrona), el Eforato de Antigüedades del Pireo, el Museo Arqueológico Nacional de Florencia, el Museo Estatal de Baden (Karlsruhe) y la Colección de Monedas del Banco Alpha.
 
Paralelamente a la exposición, la Escuela Americana acogerá cinco conferencias públicas a cargo de distinguidos académicos que han consagrado sus investigaciones al estudio del arte ecuestre antiguo. Los temas de las conferencias abarcan desde la caballería ateniense hasta el tratado de Jenofonte sobre la equitación. Las conferencias se impartirán gratuitamente todos los jueves, a las 19.00 horas, en el auditorio Cotsen Hall pero, también, estarán disponibles en línea, en la página web de la Escuela Americana.
 
La exposición irá acompañada de programas educativos para grupos escolares, dirigidos por la becaria Helen Giza. También habrá leyendas, especialmente diseñadas, para niños, que tendrán la oportunidad de recorrer la exposición y descubrir diversos objetos, tales como juguetes, jarrones decorados con emocionantes escenas de carreras de carros o criaturas mitológicas, como el hipalectrión, que era mitad caballo y mitad gallo.
 
 
M.A. 

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