Hay ciertas construcciones de la Antigüedad que enlazan directamente el pasado con el presente, ya que se sigue dando a ellas el mismo uso que nuestros ancestros. Hablamos claramente de los teatros antiguos esparcidos por toda Grecia continental e insular, así como en la Magna Grecia (Sur de Italia y Sicilia) y en Asia Menor. Estos teatros siguen hasta hoy acogiendo cada verano representaciones teatrales, de música y de danza, las cuales funcionan como un vínculo directo entre la historia y el presente ofreciendo, además, la singular sensación de sentarse en las mismas piezas de mármol o de piedra que en la Antigüedad.
Volvemos al tema de los teatros antiguos con motivo de la reanudación de las excavaciones arqueológicas en el teatro de Sición -pequeña localidad del norte del Peloponeso ubicada sobre una pequeña llanura, a unos cuatro kilómetros del golfo de Corinto- que habían comenzado en 2004 y quedaron suspendidas unos años después. Con esta noticia se reanuda también la esperanza de una rápida restitución total del monumento para que en los próximos años vuelva a acoger representaciones teatrales tras 2300 años de silencio.
El Teatro de Sición es considerado como uno de los más imponentes principalmente por su tamaño, ya que cuenta con un diámetro de 20 metros para la Orchestra y 125 para el Koilon (graderío), pero también por su excelente acústica. El koilon o graderío estaba separado en dos partes por un pasillo semicircular que se llama Diazoma y en 15 sectores triangulares (kerkis) por 16 escaleras que facilitaban el paso del público. Las gradas por el momento no se perciben con claridad porque los trabajos en el Koilon no han terminado todavía. Las dos entradas del coro a la Orchestra (parodoi) son similares a las de Asklepieion de Epidauro.
La antigua Sición era un estado-ciudad autónomo e independiente que se había erigido en importante centro político, económico y administrativo, conocido no solamente por su gloriosa historia sino también por sus escuelas artísticas de pintura, escultura y orfebrería.
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