Olvios en griego antiguo significa la persona que es feliz, afortunada y bendecida, y es quizás el término más adecuado para describir a aquellas personas que dedican parte de su tiempo y muchos esfuerzos a buenas causas.
«Las personas que participan en una acción ayudando a sus semejantes están llenas de alegría, ya que el acto de ofrecer siempre aporta gran satisfacción», dice Emmanuel Damigos, fundador y dueño de la red de acción internacional Olbios (olbios.org).
«En un momento me di cuenta de que la gente más valiosa y eficaz -es decir los que participan en campañas sociales, proponen nuevas ideas y tienen impulso creativo- en lugar de aparecer en los medios de comunicación como ejemplo y fuente de inspiración para los demás, están casi ausentes «, dice Damigos, también profesor de Filosofía Ética en París.
“El voluntariado -dice- a pesar de estar presente en casi todos los ámbitos de la actividad social» permanece invisible o aparece como una simple noticia positiva. «Sin embargo, estas acciones necesitan algo más que buenas intenciones», agrega Damigos. «Necesitan método, estrategia y alianzas. En sus inicios, no cuentan con el apoyo de nadie, ni de los gobiernos ni tampoco de las autoridades locales o empresas. Para obtener apoyo, primero deben alcanzar el éxito por sí solas. Al principio los voluntarios lo tienen muy difícil; empiezan algo solos y sin ningún apoyo o reconocimiento. Además, para ello tienen que cambiar su modo de vida, lo que a veces resulta muy duro».
Proporcionar una plataforma para los «olvios» de nuestro mundo actual es el propópsito fundamental de la red que poco a poco ha ido convirtiéndose en una guía completa de todas las acciones sociales e iniciativas que tienen lugar en todo el mundo en este momento. Olbios.org está disponible en cuatro idiomas, inglés, francés, español y portugués, y cuenta con más de 2.000 iniciativas en los campos de la política, economía, justicia, derechos humanos, educación, protección del medio ambiente, cultura, nuevas tecnologías, etc., proporcionando información útil sobre su contenido y su trabajo, así como sobre los requisitos y condiciones de participación de los usuarios.
Trabajando en la plataforma, nos hemos percatado de ciertas cosas que presentan un interés especial, dice Damigos; por ejemplo, que el sistema educativo finlandés goza de un éxito tremendo o que en América Latina, contrariamente a lo que mucha gente cree, hay países con corrupción cero. También, nos llamaron la atención los esfuerzos constantes de colegios y escuelas para fomentar entre los jóvenes la cultura de solidaridad e iniciativa social.
«Lo que resulta impresionante es el gran número de personas dispuestas a cambiar algo en su vecindario o a un nivel social más amplio, pero que nunca dan el segundo paso», dice Damigos. Grecia, por ejemplo, una nación que se enorgullece de la generosidad de sus gentes, no obstante como país queda mal parado en ello. De hecho, Grecia, según el Indice Mundial de Donaciones de la Fundación de Beneficencia 2015, ocupa el lugar 140 entre un total de 145 países, encabezados por Myanmar, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Sin embargo, Damigos cree que tales cifras son engañosas y, según él, la gente necesita motivación, buena información y un ente o iniciativa a través de la cual pueda canalizar sus fuerzas y virtudes.
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