La reciente reunión especial entre UE y Turquía (29.11), en Bruselas, abocó a un acuerdo, en virtud del cual Turquía ayudará a contener el flujo de inmigrantes a Europa a cambio de una ayuda económica de € 3.000 millones, los turcos no necesitrán visado para viajar a Europa y, por último, se reanudarán las negociaciones de su adhesión a la U.E..
En un comunicado conjunto, los 28 Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, coincidieron con el primer ministro turco, Ahmet Davútoglu, en activar el Plan de Acción a fin de poder hacer frente a la crisis de los refugiados creada por la situación en Siria, poner orden en los flujos de refugiados y frenar la migración irregular.
En particular, los elementos claves del acuerdo prevén: conceder a Turquía una ayuda adicional de € 3.000 millones con el objetivo de llevar a cabo iniciativas para mantener a los 2,2 millones de refugiados sirios en territorio turco, reanudar el proceso negociador de adhesión de Turquía a la UE y suprimir la exigencia de visados para los turcos en el espacio Schengen dentro de un año. Y todo ello a condición de que Turquía logre reforzar sus fronteras y contener los flujos migratorios hacia Europa.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, expresó su satisfactión por el acuerdo, ya que Grecia es el primer país europeo que sufre las presiones migratorias, y propuso que la próxima reunión se celebre en una isla griega para dejar bien patente que «las fronteras de la UE y Turquía deben convertirse en fronteras de cooperación». Tsipras sugirió, también, que en el marco del Plan de Acción Turquía-UE se lleve a cabo un programa de reubicación “serio y creíble”, implementando así los acuerdos de readmisión entre UE-Turquía y entre Grecia-Turquía.
Asimismo, Tsipras avaló la supresión del visado para los ciudadanos turcos que viajan a la UE y supeditó cualquier avance en la adhesión de Turquía a la UE a la solución de la cuestión de Chipre. Por último, señaló que Grecia considera los esfuerzos de adhesión de Turquía como una oportunidad para seguir adelante con las reformas democráticas en el país vecino y allanar el camino para encontrar una solución a las diferencias entre Grecia y Turquía y a la cuestión de Chipre.
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