Este año se cumplen ochenta años desde el primer viaje, en 1936, de la llama olímpica a los Juegos de Berlín. El 21 de abril frente al altar de Hera, en el sitio arqueológico de Olimpia, ciudad natal de los Juegos desde hace más de 2800 años, será encendida la llama olímpica marcando, así, el inicio de los Juegos de 2016 en Río de Janeiro.
El ritual se lleva a cabo siguiendo la tradición milenaria, según la cual se invoca a Dios Apolo, mientras que al compás de los tambores se enciende la llama con la ayuda de un cóncavo espejo parabólico. En la ceremonia, en Olimpia, estarán presentes, entre otros, el presidente de la República Helénica, Prokopis Pavlópulos, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el Comisario Europeo de Educación, Cultura, Juventud y Deportes, Tibor Navracsics y, también, el Presidente de los Juegos Infantiles Internacionales, Torsten Rasch.
El primer atleta en recibir la antorcha encendida será el campeón griego de gimnasia Lefteris Petrounias. A continuación y tras haber recorrido las principales ciudades griegas, la antorcha olímpica volverá al estadio Panatenaico, el 27 de abril, donde en medio de una solemne ceremonia será entregada a la delegación brasileña. La llama, principal símbolo olímpico, estará ardiendo mientras duren las competiciones olímpicas difundiendo, así, el mensaje de la Paz por todo el mundo.
Es de destacar que este año es la primera vez que la ceremonia del encendido de la llama será acompañada por una espléndida programación de eventos culturales paralelos, que tendrán lugar del 16 al 23 de abril en la antigua Olimpia y las ciudades cercanas de Amaliada y Patras, todos de acceso libre. Se trata de conciertos, obras de teatro y exposiciones con la participación de artistas de reconocimiento internacional.
La primera llama olímpica fue encendida en 1928 (en los Juegos Olímpicos de Amsterdam); sin embargo el ritual tradicional en la antigua Olimpia no se recupera hasta 1936,; en esta ocasión la llama fue encendida por medio de un espejo cóncavo propiedad de la Universidad de Atenas. El coordinador científico de aquella ceremonia fue el profesor de física Salterís Peristerakis.
Unas palabras sobre la antigua Olimpia
Situado en el Peloponeso, en medio del hermoso valle del río Alfiós, el sitio de Olimpia, declarado Patriminio de la Humanidad por Unesco en 1989, fue habitado desde tiempos prehistóricos. Es sin embargo a partir del siglo X a. C. cuando se convierte en centro de culto a Zeus, padre de los dioses. El santuario de Altis acogía uno de los mayores conjuntos de obras de arte de la Antigüedad.
Olimpia está directa y específicamente asociada a un acontecimiento de significación universal: los Juegos Olímpicos se celebraron allí regularmente desde el año 776 a. C. Las Olimpiadas -los períodos de cuatro años entre dos juegos consecutivos que caían en el quinto año- se convirtieron en una unidad de tiempo que servía para la datación en todo el mundo griego. El espíritu de los Juegos Olímpicos revela el poder de los ideales del humanismo griego: una competencia noble, pacífica y justa entre los hombres, libres e iguales, dispuestos a superarse en un esfuerzo físico supremo, con el único objetivo de recibir la recompensa simbólica de una rama de olivo.
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