En estas cuatro palabras podría quedar condensado el mensaje de los siete líderes de los países euro-mediterráneos que se reunieron, el pasado viernes 9 de septiembre, en Atenas, a iniciativa de Alexis Tsipras. En la declaración conjunta que firmaron queda reflejada su convicción de reforzar la cooperación para poder abordar conjuntamente los problemas y desafíos principales de la U.E., dejando bien claro su compromiso con la unidad europea.
 
 
En el texto, que lleva por título “Un proyecto para Europa”, los mandatarios de Grecia, Francia, Italia, Portugal, Chipre, Malta y el representante de Mariano Rajoy, desarrollan y concretizan este proyecto en una serie de propuestas que conciernen a los problemas comunes, tales como la seguridad en el seno de la U.E., el crecimiento económico, la lucha contra el paro, así como la gestión de la crisis de refugiados. La parte griega se mostraba particularmente satisfecha por el hecho de coincidir todos en la necesidad de un nuevo proyecto para Europa y en la convicción de que ese proyecto no podrá ser construido sin la perspectiva del Mediterráneo concebido como un espacio común de paz, estabilidad y bienestar.
 
Además, los dirigentes de los países mediterráneos de Europa manifestaron su apoyo a las negociaciones sobre el problema de Chipre hacia la dirección de buscar una solución justa, viable e íntegra, sin garantías,  basada en las resoluciones de la ONU y en la condición de Chipre como Estado-miembro de la U.E.
 
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Otro de los puntos de la Declaración a destacar es el que hace referencia a la necesidad de “activar de nuevo” la Política Exterior y de Seguridad Común, con el fin de intensificar las iniciativas diplomáticas para la solución de los conflictos y la gestión de las crisis”, así como la referencia a la necesidad de cooperar con los países africanos considerados necesarios para la seguridad común, la estabilidad y el bienestar en la región.
 
Se han mostrado decididos a cumplir con sus compromisos de bienestar y justicia social y a proteger su modelo social, manifestando al mismo tiempo su firmeza en mantener el acervo comunitario e impulsar la convergencia y cohesión social. Para ello, proponen duplicar los fondos del denominado “plan Juncker”, impulsar proyectos de inversión en los Estados-miembros con altos porcentajes de paro y combatir la evasión y el fraude fiscales.
 
En lo referente a la cuestión mayor de la migración, los líderes de los países del sur de la Unión Europea han resaltado que la protección de las fronteras exteriores de la U.E. deberá basarse en el Derecho internacional y europeo y elaborado una propuesta global sobre la política migratoria que tendrá que ejercer Europa. Al respecto, han propuesto revisar el sistema de asilo, para hacerlo más eficaz, en la base de los principios de la responsabilidad y de solidaridad, particularmente hacia los Estados-miembros de primera línea.
 
La próxima mini-cumbre entre los Estados mediterráneos de la U.E. tendrá lugar en Portugal.
 
 

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