Poco a poco sale a la luz una ciudad antigua perdida que puede ser mucho más importante de lo esperado. Se trata de Antigua Thouria [Αρχαία Θουρία en griego], situada en las afueras de Kalamata (en el Peloponeso). Antigua Thouria desempeñó un papel significativo en la región ya que era la ciudad más importante de Messenia Occidental y la segunda más poderosa después del 369 a. C. cuando se fundó la ciudad de Messini.
 
Hace más de diez años que un equipo de investigación arqueológica, dirigido por la arqueóloga Xeni Arapogianni, explora las ruinas de la región, sacando a la luz impresionantes hallazgos. En 2016 descubrieron los restos de un teatro datado del siglo III a. C., considerado uno de los teatros más grandes de la Antigua Grecia. En particular,se encontraron la zona de la orquesta de unos 16,5 metros de diámetro, los bien conservados asientos de piedra, partes del escenario, etc. Sin lugar a dudas, su existencia es característica de la riqueza y del poder de la ciudad durante la Antigüedad clásica.
 
 
Aparte del teatro, también se descubrieron los restos de un templo, un Asclepion (en términos de hoy sería una especie de hospital antiguo) y de una gran cisterna. Además, en las proximidades de la ciudad se localizaron una cantera antigua así como los restos del trazado de una vía. Por último, en los hallazgos se incluyen objetos cerámicos como inscripciones, herramientas médicas, monedas y muchos más.
Según el historiador, geógrafo y viajero griego Pausanias, quien vivió en el siglo II d. C., Thouria, principalmente construida en una colina y luego trasladada a una valle, es probablemente la ciudad citada bajo el nombre Anthea (Άνθεια en griego) en la “Ilíada” de Homero.
Por su lado, Estrabón (siglo I a. C.), otro historiador y geógrafo reconocido en la Antigüedad, señaló que la ciudad de Thouria mencionada en la obra de Homero no era Anthia sino Epia (Αίπεια).
 
Hasta hoy en día, las investigaciones arqueológicas en la zona llevadas a cabo por la arqueóloga Xeni Arapogianni y su equipo se siguen realizando. Desde 2011 estudiantes universitarios por todo el mundo tienen la oportunidad de participar en un programa de excavaciones arqueológicas bajo su supervisión, contribuyendo así tanto al estudio de la historia de la región como a la limpieza de los hallazgos.
 
 
[texto en español: C.S., redacción: A.K.]

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