Declarado, en 1988, Patrimonio Mundial de la Humanidad como un bien natural y cultural de importancia particular, el enclave de Metéora no es solamente un sorprendente fenómeno geológico sino que se trata, también, del conjunto monacal más grande de Grecia (tras el Monte Atos) en funcionamiento continuo desde el s. XIV hasta hoy. 

Los monasterios están emplazados en la cima de unas gigantescas y escarpadas formaciones rocosas que emergen en medio de la llanura de Tesalia. Fue sobre estas “columnas del cielo”, prácticamente inaccesibles, donde empezaron a asentarse los primeros monjes anacoretas desde el siglo XI. El renacimiento del ideal eremítico en el siglo XV tuvo como consecuencia que se edificaran veinticuatro monasterios, pese a las increíbles dificultades que entrañó su construcción. De esos veinticuatro, actualmente sólo seis son visitables tras su restauración, con la que se ha conseguido recuperar la mayor parte de sus pinturas murales. Hay que destacar que los frescos del siglo XVI que ornan sus paredes marcaron un hito fundamental en la historia de la pintura posbizantina. 

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