Según la mitología griega, Apolo nació en esta minúscula isla del archipiélago de las Cícladas. Su santuario atraía a peregrinos de toda Grecia y su puerto desempeñó un papel comercial importante. El sitio de Delos aporta un testimonio excepcional sobre las civilizaciones que se sucedieron en el mundo del Mar Egeo durante tres milenios, es decir desde el tercer milenio a. C. hasta la época paleocristiana. Durante ese último período fue sede del Obispado de las Cícladas mientras que, desde el siglo VII a. C. hasta su saqueo por Atenodoro (69 a. C.), Delos fue uno de los principales santuarios panhelénicos. Sus festivos -uno de los principales eventos del mundo griego- se celebraban cada cuatro años, en mayo, hasta el año 316 a. C. e incluían competiciones gimnásticas, ecuestres y musicales, bailes, obras de teatro y banquetes. 
 
Delos es un islote de 5 km de largo y sólo 1,3 km de ancho. Al igual que Delfos, Delos fue el principal santuario dedicado a Apolo, dios del cielo por excelencia y uno de los más importantes de panteón griego. 
 
En la isla, que había sido ocupada anteriormente (esporádicamente en la época neolítica y continuamente durante el período micénico), todo giraba en torno al santuario de Apolo, que era la sede de los Jonios. Por ella pelearon los habitantes de las vecinas islas rivales de Naxos y Paros, así como los atenienses, siendo estos últimos los que se hicieron con la isla bajo el tirano Pisístrato (alrededor de 540 a 528 a.C) quien ordenó la primera purificación del lugar sagrado deportando a la isla vecina de Rinia las sepulturas, así como las personas mayores o enfermas. 
 
Esta decisión, motivada por consideraciones religiosas, sin embargo no carecía de motivos políticos ocultos. En 422 a. C. los habitantes de Delos fueron deportados masivamente para aumentar la influencia de Atenas sobre la isla. Con la excepción de unos acuerdos ad hoc, su exilio duró hasta el año 314 a. C., cuando Delos recuperó su autonomía convirtiéndose de nuevo en centro de una liga insular controlada por los Ptolomeos de Egipto y, más tarde, por los Macedonios. Fue una época de florecimiento para la isla que llegó a ser un importante puerto cosmopolita mediterráneo, con una población de aproximadamente 25.000 habitantes. 
 
 
El auge del comercio marítimo terminó en el año 69 a. C., durante el saqueo de la isla por Atenodoro quien destruyó completamente la ciudad. Desde entonces, cae en ocaso y es paulatinamente abandonada hasta, unos siglos después, ser tomada sucesivamente por los Bizantinos (727), los Eslavos (769), los Sarracenos (821), los Venecianos, la orden de San Juan de Jerusalén y, por último, los Turcos otomanos durante el dominio de los cuales la isla fue casi arrasada no quedando más que unas pocas casas entre ruinas. 
 
Actualmente, no se ve más que los vestigios hallados en las excavaciones arqueológicas que llevan realizándose sistemáticamente en la isla desde 1872 hasta nuestros días. De las 95 hectáreas que ocupa en total el recinto arqueológico sólo las 25 han sido excavadas. Delos fue uno de los principales sitios arqueológicos del mundo egeo en haber atraído la atención de los arqueólogos. Ejerció una influencia considerable sobre el desarrollo de la arquitectura y las artes monumentales durante el período grecorromano; influencia que se vio reforzada por su importante papel a partir el siglo XV en el desarrollo de nuestros conocimientos sobre el arte griego antiguo. 
 
 
 
 

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