Esta pequeña isla del Egeo, próxima al Asia Menor, fue lugar de asentamiento de sucesivas civilizaciones desde tres milenios antes de nuestra era. Todavía hoy se puede contemplar en ella vestigios de los monumentos griegos y romanos del antiguo puerto fortificado de Pitagoreion, un espectacular túnel-acueducto y el Hereo, santuario dedicado a Hera Samia.

Samos fue la principal potencia marítima y comercial en el mundo griego en el siglo VI a.C y su importancia se refleja en la extensión y la riqueza de sus restos arqueológicos, una buena parte de los cuales permanece a pesar del desarrollo de la isla. El sitio de Pitagoreion ocupa una zona bien definida por las montañas que la rodean, situada en la costa noreste de la isla. Consiste en el casco antiguo y el templo de Hera (Hereo), del período clásico. Pitagoreion es un sitio de la época clásica hasta el período de la colonización griega, que se encuentra en torno a un buen puerto natural, protegido por una península de montañas empinadas. También, tiene la ventaja de estar muy cerca de la costa de Asia Menor. Los objetos más antiguos encontrados datan del cuarto y tercer milenio, pero no fue hasta el siglo XVI a.C. cuando fue colonizada por los minoicos de Creta, después suplantados por los micénicos, que desarrollaron un importante hábitat.

En el siglo VI a. C, Samos se convirtió en una de las principales potencias navales en el Mediterráneo, con fuertes vínculos comerciales con Asia Menor y la Grecia continental. La ciudad era entonces lo suficientemente potente como para establecer colonias comerciales en la costa jónica, en Tracia, e incluso en el Mediterráneo occidental. La influencia política de Samos se redujo drásticamente después de la conquista de la isla por los Persas a finales del siglo VI a. C.,  pero de nuevo se convirtió en un importante centro comercial durante los períodos helenístico y romano. Conquistada por los germanos en el siglo III d. C, la ciudad nunca se recuperó a partir de entonces. Samos estuvo, sucesivamente, bajo la autoridad de los bizantinos, turcos y venecianos durante muchos siglos y no se unió a Grecia hasta 1910.

Las fortificaciones alrededor de la antigua ciudad datan de la época clásica, con diferentes adiciones helenísticas. Las excavaciones llevadas a cabo durante un largo período revelaron una gran parte de la planta de la ciudad antigua, asi como su acuaducto, su alcantarillado, sus edificios públicos, santuarios y templos, su ágora, baños romanos, su estadio y diferentes casas helenísticas o romanas. Una de sus más famosas ruinas antiguas es Eupalineios un túnel de 1.040 m de longitud que atraviesa la montaña para llevar agua a la ciudad, diseñado por Eupalinos de Mégara en el siglo VI a. C.
El gran templo de Hera (Hereo) se remonta al siglo VIII a. C. Fue el primer templo griego rodeado de un peristilo. El templo que le sucedió en el siglo VII fue muy innovador porque es el primero que tuvo una doble hilera de columnas en el frente. Ambos, sin embargo, fueron superados por el templo que comenzó a construirse, alrededor del 570 a. C., por Reco y Teodoro, que construyeron un edificio colosal, 45 x 80 m, el primero que se construyó en el estilo jónico. Se sustentaba en, al menos, 100 columnas, cuyas bases moldeadas se ejecutaron sobre un dibujo de Teodoro. Treinta años más tarde, el templo fue destruido por un ataque persa, y se decidió sustituirlo por otro aún más grande, pero que nunca fue terminado. El complejo del Hereo contiene  altares, templos menores, estoas y bases de estatuas, todo incluido dentro del santuario, así como los restos de una basílica paleocristiana del siglo V. El templo de Samos es un testigo clave para el estudio de la arquitectura clásica. Las innovaciones estructurales y estilísticas de cada una de sus fases han influido profundamente en la construcción de templos y edificios públicos en todo el mundo griego. Del mismo modo, la solución de los problemas técnicos, le convirtieron en un modelo para la ingeniería o las obras públicas.
Ambos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992.

 

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