“El Uzbeco mudo y otras historias clandestinas” es el título original de la última novela del escritor chileno, Luis Sepúlveda, que no hace mucho fue editada en griego por la casa editorial Ópera y en traducción de Achilleas Kiriakidis.
Se trata de nueve relatos con los que Sepúlveda nos hace viajar al Chile de los años sesenta para conocer las peripecias anecdóticas clandestinas de la juventud chilena de la época que luchó con fuerza y mucha ilusión para cambiar el mundo.
Nacido en 1949, Luis Sepúlveda muy pronto, con apenas 13 años, empieza a militar en las Juventudes Comunistas de Chile. Conoce por lo tanto muy bien los sueños e ideales de su generación, sus pasiones y su entusiasmo activista. Ingeniosas historias, llenas de romanticismo y “nada amenazadoras para el sistema capitalista”, las cuales Sepúlveda nos las cuenta con mucho cariño y buen humor, con nostalgia y con ciertas dosis de una ironía redentora que disuelve la amargura y la tensión.
Jóvenes ilusos y con un espíritu luchador y sacrificador quienes, para ayudar a que un campamento de personas sin techo acceda al suministro de luz y agua, no dudan en atracar a un banco haciéndolo, eso sí, en compañía de música para evitar que los clientes se asusten… O incluso movilizan toda la red clandestina de su “organización guerrillera” durante una noche para encontrar una caja de leche para el bebé de una joven camarada y… que encuentran a la música americana más eficaz que la dialéctica marxista a la hora de ligar…
En cuanto al extraño personaje del título del libro, ni es uzbeko ni es mudo. Se trata del peruano Ramiro, ganador de una beca para estudiar en la Universidad Lomonosov, destinado a recibir una educación en la patria del socialismo soviético. Lástima que en Moscú Ramiro no encuentra nada de lo que realmente le interesa, es decir, las chicas, la música y el alcohol. Las cosas se ponen peor cuando intenta llegar a Praga, donde se dice que todas estas cosas sobran, pero en vez de llegar allí, aterriza en Uzbekistán …
Esta obra representa uno de los momentos más iluminados de un Sepúlveda maduro quien entre la risa y la nostalgia nos hace revivir “el hermoso sueño de ser joven sin pedir permiso”, se afirma en la cubierta de la edición griega. Sin duda, a juzgar por la gran aceptación que tuvo el libro entre el público europeo.
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