Un nuevo museo emblemático directamente vinculado a un sitio arqueológico -como es el caso de Vergina, Delfos y Olimpia– abrirá sus puertas al público para el próximo mes de junio: es el Museo de Eléfterna ubicado en el homónimo emplazamiento arqueológico, en Creta. Ocupa una superficie de casi 2.000 metros cuadrados entre salas de exhibición, almacenes y laboratorios de piedra, arcilla y metales. Entre las piezas más atractivas que albergará el nuevo museo destacan unas inscripciones de alrededor del 500 a. C., descubiertas el verano pasado. Los objetos expuestos reflejan la evolución cronológica de la antigua ciudad de Eléfterna con sus períodos de apogeo y declive, iluminando distintos aspectos de su vida pública y privada, sus prácticas religiosas y sus costumbres funerarias. La exposición incluye, también, objetos importados de otras zonas del Mediterráneo, lo que pone de relieve la importancia del comercio para este pequeño enclave antiguo.

Situado en el centro de la isla de Creta, a unos 30 kilómetros de la comarca de Récimnon (Rethymnon), el sitio arqueológico de Eléfterna se encuentra en la ladera del monte Ida, por lo que ofrece unas alucinantes vistas hacia el mar. La ciudad tiene su origen en el período Neolítico y alternándose entre momentos de auge y decadencia llega hasta el período bizantino, cuando desaparece definitivamente del mapa (s.XIV). El tiempo había borrado completamente las huellas de esta antigua ciudad-estado; a tal punto que, cuando el Ministerio de Cultura concede, en 1985, a la Universidad de Creta el permiso de realizar excavaciones, nadie se imaginaba que ahí estaría enterrado un verdadero palimpsesto, cuyas huellas geométricas, arcaicas, clásicas, helenísticas, romanas, protocristianas y bizantinas testimonían una presencia humana constante en la zona desde el tercer milenio de a. C..

eleytherna1El promotor principal de la apertura del museo en el mismo emplazamiento arqueológico es el profesor Nikos Stampolidis, un arqueólogo griego que reparte su vida entre las excavaciones en Creta y la gestión del Museo de Arte Cicládico en Atenas. Inspeccionando los trabajos excavatorios desde hace más de un cuarto de siglo, Stampolidis y su equipo han descubierto cientos de objetos, restos y ruinas de casas y han revelado las historias jamás contadas de muchas personas enterradas aquí, hace unos 2.800 años, en la necrópolis de Eléfterna. Se trata de la única necrópolis de los tiempos homéricos hallada en todo el Mediterráneo y en sus hallazgos (del cementerio) quizá se esconda la respuesta a la vieja pregunta -objeto de la constante disputa entre Platón y Aristóteles- de si los griegos mataban o no a sus prisioneros de guerra. «No nos referimos a los sacrificios humanos, sino al derecho de la guerra, a los rituales de venganza», explica en una entrevista N. Stampolidis.

eleutherna2El parque arqueológico de Eléfterna está protegido legalmente por su singular belleza natural; condición que ha sido plenamente respetada por el trabajo arqueológico. «Hemos querido que Eléfterna se convierta en un modelo de cómo presentar un emplazamiento arqueológico. Hemos intervenido discretamente para aislar el ruido de los automóviles en un intento de conservar la pureza y respetar la tranquilidad del paisaje. Casi todo aquí se hizo a mano y en gran parte por nosotros mismos, es decir los arqueólogos y trabajadores de la excavación”, dice el arqueólogo quien muestra su certeza de que el proyecto de Eléfterna atraerá a muchos cientos de miles de visitantes al año.

Nikos Stampolidis ha elegido dos símbolos para Eléfterna y su museo: el primero es una abeja de oro, en alusión al trabajo duro de su equipo de arqueólogos para que este sueño se cumpliera y porque aquí han sido localizados los primeros vestigios del culto a este insecto en la antigüedad. Y el segundo es un «escudo» que representa la cabeza de un león “para con su fuerza escudar las ideas y los valores de este esfuerzo».

La exposición será articulada en tres unidades para poder acoger los 15.000 hallazgos que han sacado a la luz los trabajos arqueológicos: La primera gran sala constituirá el eje de la ciudad y su historia, desde el año 3.000 a. C. hasta el período bizantino; en la segunda quedarán reflejadas sus costumbres y tradiciones y la tercera será dedicada a la necrópolis. En el museo habrá proyecciones y en su entrada serán colocadas pantallas de tacto ofreciendo informaciones de interés al visitante. A medida que avanzan las excavaciones, el Museo irá enriqueciéndose con los nuevos hallazgos.

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Mención especial merece su ubicación geográfica que permite contemplar todos los monumentos y hallazgos de la excavación disfrutando, al mismo tiempo, de unas sobrecogedoras panorámicas tanto del monte Psiloritis como del mar.

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