El sitio arqueológico de Filipi, situado en la actual región griega de Macedonia Oriental y Tracia, ha quedado inscrito en la lista de la Unesco como monumento del patrimonio cultural universal. Dicha decisión fue adoptada por unanimidad en la XL Asamblea del organismo internacional de la cultura, celebrada la semana pasada en Estambul, y con ella Grecia tiene ya 18 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Filipi es un lugar arqueológico de los más importantes e íntegros de Grecia del Norte, con multitud de monumentos íntimamente ligados al trayecto histórico de la ciudad desde la época helenística hasta los
tiempos bizantinos tardíos.
Su ubicación estratégica, reconocida por primera vez por el rey macedonio Filipo II, ha sido revalorizada tras la construcción de la Vía Egnatía que unía Europa con Asia y la cual atravesaba el centro de la ciudad de Filipi. Como colonia romana (Colonia Augusta Julia Philippensis) vivió tiempos de gloria llegando a ser un importante centro urbano. Por aquí, por estas tierras pasó el apóstol Pablo, fundando la primera iglesia cristiana en territorio europeo (49-50 d. C.), hecho que unos años más tarde cambiaría la identidad no solamente de la ciudad misma sino de todo el Continente. Con el traslado de la capital romana a Konstantinopla (330 d. C.) y el la consagración del cristianismo como religión oficial del Imperio, Filipi alcanza ya la cima de su propsperidad; es la época en que se erigen en la ciudad imponentes templos cristianos formando un conjunto único de arquitectura paleocristiana.
La ciudad fue abandonada a principios del s. VII d. C. a causa de grandes movimientos sísmicos y de las continuas invasiones de los eslavos. Sobrevivió como fortaleza durante los años bizantinos, llegando a quedar completamente despoblada tras el dominio turco a finales del s.XIV.
Las investigaciones excavatorias en Filipi empezaron en 1914 por la Escuela arqueológica francesa y continúan hasta hoy encabezadas por la Universidad de Tesalónica y la Sociedad Arqueológica. Todos los hallazgos encontrados durante un siglo de excavaciones están guardados en el Museo de Filipi.
Según reza la decisión del Consejo de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el eminente valor universal de Filipi se fundamenta no solamente en su legado arqueológico-arquitectónico (criterio iv) sino, también en la presencia del Apóstol Pablo, hecho que marcó los inicios del Cristianismo en Europa (criterio iii). Sin olvidar por supuesto el duro trabajo realizado por los servicios arqueológicos y las autoridades de la zona contando desde el primer momento con el apoyo incondicional de sus habitantes.
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