En febrero pasado el colectivo “Asociación de los Atenienses” recurrió, por primera vez, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra el Reino Unido, reclamando la devolución de las preciosas esculturas cuya retención por el Museo Británico transgrede, a juicio de la Asociación, flagrantemente lo estipulado en los artículos 8, 9, 10 y 13 de la Convención Europea de los Derechos del Hombre, así como el art. 1 del Protocolo anexo de la misma. Se trata de una iniciativa propia de dicha asociación sin contar con el acuerdo previo o visto bueno del Ministerio griego de Cultura.
El consejo administrativo de la Asociación decidió optar por la vía judicial tras conocer la negativa británica de aceptar la mediación de la UNESCO cuyo único fin no era más que iniciar un proceso negociador entre ambas partes para resolver el asunto. En su respuesta común (26-3-2015), los ministros británicos de Cultura y Tecnología y de Asuntos Europeos eran muy tajantes afirmando que “las esculturas habían sido legalemente adquiridas por Lord Elgin, conforme a la legislación vigente en aquella época y que el Museo mantiene el derecho de propiedad sobre las mismas”.
Según Elena Smith, corresponsal en Atenas del periódico The Guardian, Grecia no ha abandonado la idea de reclamar las esculturas por la vía legal y de hecho examina nuevas líneas de defensa para apoyar su petición frente al Museo Británico. En este sentido, tanto el Ministerio griego de Cultura como los distintos comités de reivindicación en todo el mundo tienen la intención de reforzar su lucha aprovechando una efeméride importante: El próximo 7 de junio se cumplen doscientos años desde que la Cámara de los Comunes decidiera mediante su voto conceder las esculturas al Museo Británico. Grecia está dispuesta a conseguir el apoyo de organismos internacionales, como la ONU, en defensa de sus argumentos y utilizar todos los medios legales para ejercer presiones a favor de su solicitud. Posibilidad que el Ministro de Cultura Aristides Baltás dejó entrever en sus recientes declaraciones al rotativo británico: “Si las Naciones Unidas, que representan a todos los países del mundo, deciden que «las esculturas tienen que regresar», entonces recurriremos a los tribunales ya que el Museo Británico se encontrará frente a toda la humanidad. Nosotros sentimos al Partenón no como una obra exclusivamente griega, sino como parte del patrimonio universal”.
Sin embargo, el ministro griego, reconoce que existe la posibilidad de un dictamen negativo de los tribunales. Porque “los tribunales no tratan por definición los temas a base de criterios históricos o éticos. Examinan las leyes”, precisa Aristidis Baltás y añade: “Desde el momento en que no hay unas reglas claras que rijan la cuestión de la devolución de antigüedades, no existe una base judicial indiscutible.”
Según el dictamen emitido por el prestigioso bufete de abogados Geoffrey Robertson, del cual forma parte también Amal Alamudín Clooney, “Grecia tiene que actuar rapidamente; en el caso contrario podría ser acusada de no haber hecho nada por un largo período de tiempo. Es más, instan al país heleno a acudir a la Corte Europea de Derechos humanos o que la Unesco solicite los criterios de evaluación de la Corte Internacional de la Haya sobre el tema. El derecho internacional ha evolucionado de tal manera que actualmente reconozca como parte de la soberanía de un país el derecho de recuperar su patrimonio cultural de gran importancia histórica que en el pasado se le había sido sustraído ilícitamente.
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