Su primer viaje a la capital del mundo han realizado más de setenta obras de arte excepcionales, principalmente estatuas de gran tamaño, inscripciones y mosaicos, junto a numerosos objetos y utensilios cotidianos -desde lucernas hasta joyas de oro y marfil, cerámicas y monedas-, datados todos del X al IV siglo a. C. y hallados en Díon, la ciudad sagrada de los Macedonios.
El motivo de este largo viaje es su exhibición en el Centro Cultural de la Fundación Onasis en el corazón de Nueva York, en el marco de la muestra “Dioses y mortales en el Olimpo: antiguo Díon, ciudad de Zeus”, cuya inauguración oficial es el 23 de marzo y la apertura para el público dos días más tarde.
Se trata de la primera gran exposición-homenaje al lugar de culto de Zeus y de las Musas. La ciudad de Díon situada a los pies del Monte Olimpo era para los griegos antiguos el hogar sagrado de sus dioses. Alcanzó su auge durante el período helenístico pero siguió disfrutándolo, también, en la época romana, puesto que fue una de las más tempranas colonias de los Romanos en el espacio macedonio.
El curador de la exposición no podía ser otro que el arqueólogo Dimitris Pantermalís, actualmente Presidente del Museo de la Acrópolis, quien durante más de 45 años ha dirigido las excavaciones arqueológicas en Díon que siguen todavía sin acabar.
“La exposición presenta 76 piezas y está articulada en dos partes: la primera concierne a los dioses y la segunda a las actividades de los hombres. De todos modos, ambas partes se entremezclan, ya que los dioses son creados por los hombres, mientras el culto afecta considerablemente la vida cotidiana”, según el propio Pantermalís.
La exposición abre con Zeus y sus tres águilas mensajeras, creando un escenario realmente único. Justo detrás existe un segundo panel en el cual se refleja el mapa de las excavaciones dominado por las figuras de los cuatro filósofos halladas en el recinto. En las paredes de alrededor están colocados los mosaicos para que sean visibles desde todos los lados, como en la antigüedad.
Se exponen, además, cinco lucernas del siglo V a. C. que utilizaban las mujeres en los distintos rituales para lograr la fertilidad de la tierra, así como varias inscripciones con textos oficiales del Reino macedonio. El culto a Dioniso es representado con el espléndido mosaico hallado en Díon que refleja al dios del vino y la felicidad saliendo del mar en un carruaje rodeado por tres máscaras teatrales de calidad excepcional.
Paralelamente, la exposición acompañan siete cortos que muestran todo el proceso excavatorio y hallazgo de las piezas, al tiempo que otro corto de 22 min. de duración presenta el paisaje natural del Olimpo.
“Las antigüedades se relacionan directamente con la naturaleza en la que fueron creadas. El ambiente natural juega un papel primordial en su configuración. El lugar es muy importante ya que condiciona las necesidades prácticas de los pueblos; porque otra cosa es una enorme llanura y otra bien diferente una montaña, como el Olimpo, con sus aguas cristalinas, su frondosa vegetación y sus truenos; un lugar realmente divino. Viendo este paisaje natural comprendemos porqué los antiguos habían elegido este lugar como morada para sus dioses”, resalta Pantermalís.
La exposición será inaugurada por el Ministro griego de Cultura, Aristidis Baltás, quien no excluyó la posibilidad de ver la exposición, también, en Atenas.
Su duración será hasta el 18 de junio.
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