Es el llamamiento desesperado que hizo el Primer Ministro griego durante la ceremonia simbólica de inauguración del procedimiento de reubicación de 30 refugiados sirios en Luxemburgo, que tuvo lugar en el aeropuerto de Atenas en presencia del Presidente del Parlamento Europeo, Martin Shultz, quien realiza una visita de dos días a Grecia (4 y 5 de noviembre).
Como era natural, la gestión de la crisis de los refugiados ha dominado la agenda de las conversaciones entre los dos políticos quienes esta mañana han visitado un centro de acogida de refugiados sirios en la isla de Lesbos. Tsipras ha insistido en la necesidad de buscar soluciones para poner fin a la tragedia humanitaria de los refugiados sirios que amenaza con colapsar las islas del Egeo y resaltó el papel fundamental de Turquía, subrayando la necesidad de crear en territorio turco Centros de Acogida e Identificación de refugiados y, desde ahí, proceder a su redistribución por los distintos países europeos. Afirmó que planteará la cuestión a las autoridades políticas de Turquía durante su inminente visita a Ankara en el mes de noviembre.
Por su parte, Martin Shultz, se mostró solidario con la situación que afronta Grecia y reconoció la necesidad de que se impliquen más países en el programa de reubicación y se aumente el número de refugiados a acoger cada uno.
Paralelamente, buena parte de las conversaciones de los dos hombres ocupó el cumplimiento por parte de Grecia de las obligaciones que emanan de su memorándum con los acreedores. El Primer Ministro griego relacionó directamente la carga que supone para el país el flujo constante de refugiados con su solicitud de aflojar el asfixiante programa de austeridad. “No podemos aumentar el IVA en las islas en el momento en que nuestra población insular acoge con los brazos abiertos a las olas de los refugiados; ni podemos permitir las ejecuciones hipotecarias sobre la vivienda habitual mientras intentamos crear las mejores condiciones posibles para ofrecer un techo a los refugiados aunque sea provisional”, parece haber alegado el primer Ministro griego. “No se trata de un intercambio, sino del deber moral de apoyar a una sociedad que, estando ella misma en crisis humanitaria, acoge a los refugiados con un profundo humanismo y abnegación, afirmaban en medios gubernamentales.
Martin Shultz parece haber comprendido “la dimensión moral” que ha planteado Alexis Tsipras, subrayando que ve con buen ojo la renegociación de ciertas condiciones, tales como la protección de la vivienda principal o el aumento del IVA en las islas. “Grecia se encuentra ante un gran desafío. He recordado reiteradamente que el Pacto de Estabilidad prevé la flexibilización de las condiciones en caso de situaciones de emergencia”, explicaba Shultz en su entrevista a la agencia de noticias griega ANA.
La actitud flexible de Shultz no parecen compartir el Comisario Europeo de Asuntos Europeos y Monetarios, Pierre Moscovici (también de visita a Atenas esta semana), y el Presidente de la Comisión, Jean Claude Junker quienes, a pesar de reconocer que Grecia tiene que afronar al mismo tiempo una crisis económica y una migratoria, sin embargo insisten en el cumplimiento previo de todas las condiciones y en la conclusión de la famosa evaluación para que sea posible el siguiente desembolso de la ayuda del rescate.
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