Elli Sougioultzoglou-Seraidari, más conocida por su pseudónimo artístico «Nelly», se impregnó de las tendencias alemanas en el arte de la fotografía. Su motor principal tanto en su trabajo artístico como en su vida fueron la libertad y el movimiento. Nelly nació en Aidini en Asia Menor en 1899. Antes de la catástrofe que sufriera la península. Estudió fotografía en Alemania con Hugo Erfurth y Franz Fiedler, quienes la introdujeron en una nueva visión de la fotografía y el neorromanticismo europeo. Tanto su técnica visual y como su clásica sensibilidad estética se deben a la influencia de sus maestros alemanes.
Tras perder su hogar, se instaló en Grecia en 1924 y abrió su primer estudio en la calle Ermou de Atenas. Con su cámara capturó importantes personalidades e inmortalizó momentos clave de la sociedad de la época, personajes como la famosa bailarina de Ópera cómica Mona Paeva, desnuda en el Partenón, entre otros.. No se sabe hasta qué punto el trauma de perder la patria de sus antepasados o la educación que recibió en Alemania durante los tormentosos días de la República de Weimar, momento en el que la sociedad alemana se polarizaba cada vez más, influyó en su visión del mundo, en cualquier caso, parece ser que al llegar a Grecia el trabajo de Nelly se impregnó de una mirada más conservadora y se centró en la propia Grecia.
Fuente: Fundación Cultural Griega fb
Una de sus líneas de trabajo, estuvo destinada a representar esculturales modelos griegos modernos que posaban en medio de antiguas ruinas queriendo enfatizar no la continuidad sino más bien la inmutabilidad al transcurrir del tiempo del pueblo griego desde la antigüedad. La artista apeló a varios gobiernos griegos a perseguir una visión idealizada de Grecia y los griegos pues quería desarrollar así la promoción turística. Es por esto que se puede considerar a Nelly la primera creadora de imágenes nacionales griega, especialmente después de su nombramiento como fotógrafa oficial del recién fundado Ministerio de Turismo griego.
Desde 1927 hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Nelly viajó por Grecia y documentó en detalle la vida griega. Como griega de la diáspora, la visión de Nelly sobre Grecia tendía a ser algo «idealizada”. Sus fotografías aparecieron en publicaciones oficiales de turismo en el extranjero y contribuyeron a crear los primeros símbolos visuales de la «filosofía del turismo» griega. Representaba en su obra fotográfica sistemáticamente los monumentos antiguos y los sitios arqueológicos de Grecia. Sus experimentos con luz natural y sus fotografías de templos antiguos son verdaderas obras maestras y recuerdan a la obra de Walter Hege, quien también estudió con Hugo Erfurth y fue considerado un maestro de la fotografía. Las fotografías que Nelly tomó de bailarines en Alemania y especialmente las de la Acrópolis (1923-29) muestran una coherencia temática extraordinaria y la posicionan como una de las fotógrafos de danza más importantes del período de entreguerras.
En 1939 recibió el encargo de decorar el interior del pabellón griego de la Exposición Universal de Nueva York, y para ello se sirvió de gigantescos collages que mostraban de forma extremadamente selectiva las similitudes físicas entre los griegos antiguos y modernos al tiempo que trataba de demostrar su continuidad racial. Nelly decidió establecerse en los Estados Unidos y así se salvó de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. El exilio, elegido por voluntad propia, amplió su campo de actividad llevándola a trabajar en la fotografía publicitaria, la fotografía en color y el reportaje fotográfico sin dejarse influenciar en exceso por las tendencias de la fotografía estadounidense contemporánea.
La «fotografía griega antigua» de Nelly es solo una parte de su trabajo. Su temprano interés por el retrato, sostenido a lo largo de su carrera profesional en Grecia y Estados Unidos, nos proporciona imágenes raras de la sociedad de entreguerras de Atenas y sirve como fuente importante de información sobre los inmigrantes griegos estadounidenses.
Fuente: Museo Benaki
También se ocupó de las heridas de su antigua patria y creó una unidad temática titulada «Los anhelos de los refugiados», que daba cuenta de los asentamientos de refugiados del distrito Kessariani de Atenas. Además, se sentía fascinada por su barrio de Plaka, lo que la llevó a preparar una serie de sesenta fotografías que trazaban un recorrido histórico y emotivo por las calles adoquinadas de la moderna Plaka, con sus particulares casas y patios, construidas a la sombra de la Acrópolis. Estas fotografías se imprimieron mediante el método del aceite de bromo, en el que el papel se convierte en un relieve. Empleando un tratamiento químico adecuado y el fotógrafo interviene con un pincel y aceite para suavizar los contornos y la gradación de los tonos de color. Nelly regresó a Grecia en 1966, vivió en Nea Smyrni con su esposo Angelos Seraidaris y abandonó la fotografía. Murió de vejez en 1998 después de una vida de apasionada devoción a su arte. Sus fotos contribuyeron a dar forma a la imagen visual de Grecia en la conciencia occidental y, a la inversa pues marcando la imagen visual de Grecia en las conciencias griegas. Dejó un legado que sigue siendo ejemplar tanto en términos artísticos como técnicos; de incalculable valor para los fotógrafos de hoy. Donó la mayor parte de su archivo fotográfico al Museo Benaki, salvo algunas de sus fotografías y negativos que se pueden ver en el Museo de Fotografía de Tesalónica.
Su última entrevista televisiva: archivo ERT / Monogramma (en griego)
Foto de portada / Fuente: Museo Benaki
Texto original vía Griecheland Aktuell
Adaptación al español C.S.
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