Tinos, la cuarta isla más grande de las Cícladas, es famosa por sus hermosos y pintorescos pueblos y resulta realmente difícil decidir cuál de todos visitar pues cada uno de ellos ofrece una experiencia única. Volax es sin duda uno de los pueblos con más encanto. Escondido entre rocas redondas de granito, se sorprenderá con la extraordinaria belleza y singular paisaje de este pequeño pueblo isleño. Cada rincón de este pintoresco lugar le reserva una sorpresa; entre las ruinas de antiguas casas abandonadas en ventanas y paredes encontrará escrituras de célebres poemas de grandes poetas griegos como Palamàs, Kavàfis, Kavadìas, Sikelianòs, Kàlvos, entre otros.
Historia
El nombre del pueblo está directamente relacionado con su entorno geológico. Volax (βῶλαξ <βῶλος) significa literalmente la bola (de mármol u otro material) y, por extensión, la tierra con piedras redondas. No sabemos exactamente cuándo se fundó Volax, pero debe ser uno de los pueblos más antiguos de la isla. Lo más probable es que el asentamiento sea postbizantino, ciertamente existió en la Edad Media, aunque, según los hallazgos arqueológicos, es posible que el área estuviera habitada hace más de 2.000 años a.C.. El primer registro oficial del lugar se da con el nombre de Vulacus (Volak (oy) s>Volax) y data del 1618. Volax es uno de los asentamientos de Tinos en 1700, no obstante, tardará en aparecer en el mapa, cosa que se sucederá por primera vez en el año 1809.
Dado su particular interés geológico, las visitas individuales al pueblo se registran desde finales del siglo XVIII y, principalmente, desde los primeros años postrevolucionarios. La más famosa es la misión científica francesa de JB Bory de Saint Vincent (1834-1836) y la del geólogo alemán Karl Gustav Fiedler (1835-1837), que viajó por la mayor parte del que era entonces el reino griego, hasta que Otto le confiriera la Cruz de la Orden griega del Salvador y lo proclamara director de las minas griegas. A finales de la década de 1990, la Universidad de Atenas presentó un memorando a la Unión Internacional de Ciencias Geológicas y la Autoridad Helénica de Exploración Geológica y Minera para la conservación de este patrimonio geomorfológico.
Las rocas: ¿lluvia de meteoritos o rocas marinas?
Los enormes bloques de granito de Volax, que en ocasiones parecieran representar aves, animales diversos e incluso formas humanas, no son obra del hombre sino de la naturaleza y su sorprendente fuerza creativa. Son muchos los mitos que acompañan a su particular paisaje. Como confirmara Fiedler en 1836, los primeros habitantes del lugar creían que estas rocas eran los restos de una mítica batalla entre gigantes y que la localización actual del pueblo había sido, tiempo atrás, el campo donde se inició la batalla de los Titanes, de la que habla el poeta Hesíodo en sus relatos mitológicos. Otros, sin embargo, han argumentado que se trata de una erupción volcánica, una teoría que toma prestado elementos del arco volcánico del Egeo del sur, al que pertenece el volcán de Santorini.
La existencia de arena en los niveles más bajos condujo a la teoría de las rocas submarinas que, tras sucesivos cambios geológicos y movimientos de la corteza terrestre, subieron a la superficie. Otras hipótesis se fundamentan en la existencia del impacto de un meteorito, basándose en la vista aérea de esta zona: un pueblo rodeado de colinas y mesetas con una gran presencia de rocas de granito esparcidas uniformemente.
Hoy en día
Los habitantes se dedican a la agricultura, en una pequeña superficie del lugar, debido a las características de su suelo rocoso. La ganadería es otra de las actividades principales de sus habitantes. Además, la cestería tradicional es, aún hoy día, un arte ancestral muy presente en Volax y supone otro gran atractivo de su patrimonio vivo cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XVIII. Este pintoresco pueblecito también alberga un pequeño museo de folclore que abre sus puertas desde Semana Santa hasta finales de octubre. En este museo los visitantes pueden descubrir la arquitectura vernácula isleña con sus chimeneas de cocina, sus cuidados dormitorios, las tradicionales cunas para bebés y sus trajes típicos.También, se exhiben vestimentas sacerdotales, herramientas y útiles domésticos y agrícolas, fotografías antiguas del lugar, grabados y una gran cantidad de libros y extensa bibliografía sobre Tinos y su historia.
Sin olvidar su cuidado teatro de piedra al aire libre que cuenta con 300 asientos, donde se organizan diversos eventos culturales en el verano. Por último, cabe mencionar que durante la Semana Santa, aficionados de todo el mundo se reúnen para hacer escalada en bloque, un tipo de escalada libre también conocido con el nombre de bouldering o búlder. Las paredes rocosas de Volax resultan ideales para la práctica de la escalada deportiva de alto nivel.
Foto de portada: Las rocas de Volax – Fuente: Wikimedia Commons
Texto en italiano via Punto Grecia
Traducción al español C.S.
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