Pintores griegos: Theofilos, la ingenua creación de un autodidacta

 

 

Theofilos Jatzimijael o Theofilos Kefalas, nacido en 1873 en Mitilene, está considerado uno de los pintores más representativos del arte popular griego. En su pasión por la pintura y en su estilo de vida, mostró una gran admiración por su patria y por todo lo relacionado con Grecia. Procedente de una familia modesta de la isla de Lesbos, su tierra natal en 1883 para instalarse en Esmirna hasta 1897, donde hizo de la pintura su profesión. Posteriormente, partió hacia la ciudad de Volos, deambulando en torno a los pueblos del Monte Pelio, pintando sin cesar, decorando cafeterías y posadas con sus pinturas. Hasta 1926-27, decepcionado por la actitud de la gente hacia él y con su salud afectada por las privaciones, regresó definitivamente a Mitilene, donde continuó sus vagabundeos por los pueblos mientras seguía con su trabajo.

 

 

Alrededor de 1928, Theofilos entabló relación con Stratis Eleftheriadis, conocido en los círculos artísticos de París como Teriade. Teriade compró algunos cuadros de Théophilos y le hizo un gran pedido, con el fin de que lo realizara cuanto antes, para exponerlos en París. Aquel periodo Theofilos pintó, más de 120 cuadros que fueron expuestos finalmente en 1936, despertando la admiración y el reconocimiento del público.  En 1965, tras la donación de Teriade, se inauguró en la región Varia en Mitilene, el Museo Theophilos. En las cuatro salas del museo, los visitantes pueden admirar casi 86 obras del pintor. Teofilos murió en Lesbos en 1934.

 

Las pinturas de Theofilos dan testimonio de una gran variedad de temas griegos que se dividen en dos categorías: las que presentan al hombre y la naturaleza y las que evocan, según el artista, temas de la mitología griega, la historia y la religión. Con su paleta, Theophilos tenía el don de transformar en obra de arte aún la más humilde de las superficies, como cajas de cartón, tablones de madera, cajas de hierro, lienzos pintados, paredes de comercios, casas, etc. Representó de esta forma, su mundo de frescura en los colores que tan bien transmitían la luminosidad de los paisajes típicamente griegos. Sus creaciones revelan el ingenio y la inocencia, pero también la frescura de la pintura popular. El mundo de Theofilos es, al mismo tiempo, un mundo de dioses, héroes y seres humanos, que conviven con elementos e imágenes de la realidad y del paisaje familiar. Al observar las figuras humanas en sus obras, vemos que tienen una cabeza grande, casi desproporcionada con el cuerpo y los pies, que son más pequeños. Las figuras femeninas siguen los modelos bizantinos y asimismo se parecen entre sí.

 

(Texto original en francés vía Grece Hebdo)

 

Adaptación al castellano C.Skandali