Próximamente, el acueducto de Eupalinos, en la isla de Samos, reabrirá sus puertas al público pero, esta vez, para ser visitable en toda su longitud (1036 m). Tras la conclusión de las obras de restauración iniciadas a finales del 2013, el monumento ya restaurado fue presentado hace unos días en un acto oficial  encabezado por la Ministra de Cultura, Lidia Koniordu, quien al término de la visita habló de una “experiencia única”. Es considerado como un milagro de la ingeniería clásica, siendo la primera obra en la historia de la humanidad que se realiza de tal escala. En 1992, se convirtió en patrimonio de la humanidad como parte de la ciudad de Pitagorion, al igual que el templo Hereo de Samos.
 
 
 Obra del ingeniero Eupalinos de Mégara, el túnel fue construido en el siglo VI a. C., durante el mandato del tirano Polícrates, en un periodo en que la antigua ciudad de Samos, actualmente conocida como Pitagorion, vivía su época de esplendor.  Tenía una longitud de 1036 m. y conectaba la ciudad de Samos con el monte Kastro donde se hallaban las fuentes del agua. Al correr todo bajo tierra era difícil ser localizado por el enemigo, lo que lo convertía en una obra defensiva de especial importancia para la protección de la ciudad. 
 
Fue excavado simultáneamente desde ambos extremos y el encuentro entre los dos equipos que excavaban el túnel desde los extremos fue conseguido con una desviación mínima de la recta gracias a los precisos cálculos geométricos de Eupalinos. La excavación duró diez años y se hizo manualmente en roca caliza, para lo cual fueron utilizados prisioneros de la isla de Lesbos, según la descripción del historiador Heródoto.
 
Funcionó como acueducto durante casi 1000 años, hasta el s. VII d. C., cuando cayó en desuso durante el periodo bizantino. Tras ese abandono en muchas ocasiones jugó un importante papel defensivo, protegiendo a los habitantes de la isla de los ataques de piratas y demás invasores.
 
Las detalladas referencias de Heródoto eran las únicas informaciones que condujeron al arqueólogo francés, Víctor Guerin, a emprender unas excavaciones sistemáticas, en 1853 y 1882 sucesivamente, que le permitieron acercarse a las aperturas norte y sur del túnel. Estos primeros descubrimientos son comentados y analizados por el literato griego y miembro de la Asociación Arqueológica Helénica, Epaminondas Stamatiadis, en un artículo publicado en 1884 bajo el título “Sobre el túnel de Eupalinos en Samos. El trabajo sistemático del arqueólogo francés sigue, un siglo después, en 1971, el Instituto Arqueológico Alemán. Su director, Ulf Jantzen (1909-2000), encabezó los trabajos excavatorios transcurridos entre 1971 y 1973. Desde entonces hasta 2013 era visitable solamente una pequeña franja del túnel de 130 m.
 
eupalino xarths
 
En 2013, el Ministerio griego de Cultura puso en marcha un ambicioso proyecto de restauración completa del monumento que fue concluido y presentado al público hace una semana.  A partir de ahora los visitantes tendrán la ocasión de conocer en su totalidad este único logro tecnológico del mundo clásico y percibir ellos mismos los admirables detalles que nos transmitió Heródoto.
 
Es importante señanlar que las recientes obras de rehabilitación sacaron a la luz hallazgos de gran interés arqueológico, tales como vestigios de edificios, inscripciones de la época arcaica, pequeños objetos y utensilios, monedas de la época bizantina y restos óseos de animales, que  enriquecen la documentación científica de la construcción y funcionamiento del  monumento en todo su trayecto histórico. El acueducto de Eupalinos se convierte así en uno de los destinos arqueológicos más fascinantes del país. Y junto con el templo de Hera (Hereon), también incluido en la lista de la Unesco, constituyen un complejo emplazamiento arqueológico en el que resaltan, también, la Acrópolis Antigua (la cima de la montaña), las Antiguas Canteras (casi en paralelo al sendero entre los dos orificios), y los restos de la antigua ciudad de Samos (Pitágoreio).
 

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