La ciudad Lárisa, capital de la región de Tesalia y un importante centro comercial e industrial de Grecia, se encuentra en medio de la parte este de la llanura fértil de Tesalia y está construida sobre las orillas del río Piniós. Está rodeada de grandes montañas -Olimpo (la montaña más alta de Grecia de 2.917m.), Ossa, Kambounia, Titaros, y Mavrovuni- que forman una fortaleza natural para la ciudad. 
Los restos arqueológicos hallados en la zona testimonian que Lárisa es habitada desde el Paleolítico. Según la leyenda aquí nació Aquiles y murió Hipócrates, el padre de la medicina. Fue regida por la familia aristocrática de los aleuadas hasta la ocupación por la dinastía macedonia (s.IV a. C.). Plaza militar estratégica para el rey Filipo V de Macedonia, Larisa fue ciudad romana y mantuvo su importancia bajo el Imperio Romano. En el período Bizantino sufrió numerosas invasiones hasta que en el s. XV pasó a los Turcos llamándose “Yenisehir”. En 1881 es liberada por el ejército griego y pasa a formar parte del recién constituido Reino de Grecia. Actualmente es una de las mayores ciudades de Grecia: Con una población de alrededor de 130.000 habitantes, ha prosperado económicamente gracias a su gran producción agrícola favorecida por las fértoles llanuras tesalias. 
Su larga y amplia trayectoria histórica ha dejado muchos e interesantes vestigios en la ciudad, situados todos en la colina de San Aquiles (patrón de la ciudad), actualmente conocida como Frurio. Se trata de un lugar habitado desde el Neolítico que, más tarde, fue la primera acrópolis de la ciudad. En la misma posición los bizantinos construyeron una fortaleza convertida en importante centro religioso que, más tarde, en la época otomana, pasó a ser una importante plaza defensiva y comercial. Actualmente, en Frurio se conservan una basílica y unos baños paleocristianos, así como una iglesia de la época bizantina media. 
Teatro Antiguo A. Construido en el lado sur de la colina “Frurio”, durante el s.III a. C., es considerado por su tamaño como el segundo más grande de la época, detrás del de Epidauro, con una capacidad estimada en 10.000 personas. Fue descubierto a mediados de los noventa. 
El teatro A, durante la época romana, fue convertido en arena y las actividades teatrales de la ciudad se trasladaron al teatro B, construido en el lado suroeste de Frurio. Vestigios de ese segundo teatro romano fueron locaizados en las excavaciones arqueológicas de 1985-86. 

De la época otomana podemos destacar los siguientes monumentos: El Bezesteni, es decir el mercado cubierto turco, construido en el s. XV, la mezquita Yení Tzamí del s. XVII que, desde 1957 hasta 2012, albergó el Museo Arqueológico de la ciudad, y el Gran Hamam del cual se conserva solamente su bóveda, del s.XVI, mientras que su interior está ocupado por tiendas y talleres. 
Actualmente, sobre la colina y entre los monumentos históricos crece la vida quotidiana de Lárisa. Es uno de los mejores sitios de la ciudad donde uno puede disfrutar de paseos agradables y descubrir los sabores tradicionales de la cocina de Tesalia. Una amplia variedad de aperitivos, quesos sabrosos y el famoso, rakí son la tentación cotidiana en todos los bares y los mesones de la ciudad. 
Al salir de la colina y dejándola atrás, nos encontramos en pleno centro comercial de Lárisa donde uno puede perderse en el amplio laberinto de calles peatonales y encontrarse con muchas sorpresas escondidas en bellos rincones. El paseo peatonal se puede combinar con un paseo por las tiendas o con una visita al Museo Arqueológico y al Museo Histórico. Al alcance están, también, las hermosas esculturas en la Galería Municipal. Después de todo ello, hay que guardar fuerzas para la noche la cual en Lárisa es interminable; hecho que testimonian los inumerables bares y discotecas que pululan en la ciudad.

 ¡Pero en Lárisa hay más! Pueden pasar un día entero descubriendo otros paisajes en las afueras del centro. 

El Parque de El Alcázar atrae a los visitantes con su rica diversidad de plantas y árboles entre los cuales se puede disfrutar de un paseo agradable o seguir un recorrido deportivo al lado del los hermosos estanques. Hay, también, una amplia zona infantil, muchas cafeterías, carriles para bicicletas, fuentes, un minigolf y un mini-teatro ajardinado. Al otro lado del parque, en el camino hacia Tírnavos, se encuentra el monumento de Hipócrates, que fue descubierto tras una inundación del río Piniós, en 1826. 
Lárisa es una ciudad donde la bicicleta es el medio de transporte favorito de sus residentes. Vale la pena dar un paseo en bicicleta para admirar la arquitectura de los antiguos palacios de la ciudad. Por último, pasen también enfrente del Molino de Papá (el molino del cura), una instalación industrial reformada que destaca por su arquitectura y fue declarada monumento protegido por el Ministerio de Cultura. 

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