Komotiní, ciudad de Tracia ubicada al noreste de Grecia, es la capital de la región administrativa de Macedonia Oriental y Tracia y de la prefectura de Rodopi. Sede, desde 1973, de la “Universidad Democrito de Tracia”, es una pequeña ciudad de 67.000 habitantes de los cuales el 40% profesan la fe musulmana.
 
 
Este hecho en combinación con su variado mosaico étnico -compuesto de griegos locales, griegos refugiados de Asia Menor y Tracia Oriental, musulmanes de origen turco, pomaco y gitano, descendientes de refugiados que sobrevivieron al genocidio armenio y, por último, los refugiados más recientes como los griegos del Mar Negro y de los países de la ex Unión Soviética- definen el actual carácter multilíngüe y multicultural de la ciudad. 
 
Su historia en breve 
 
Komotiní tiene una larga historia que comienza con un asentamiento importante en la zona, en el siglo II d. C, como demuestran los hallazgos arqueológicos de esta época hasta el siglo IV. Situada en una posición estratégica cerca de la Vía Egnatía –principal vía de comunicación entre Oriente y Occidente- siempre jugó un papel importante tanto en el Imperio Romano como en el Bizantino. 
 
A continuación, en la época otomana, Komotiní, conocida entonces como “Gumulcine” o “Ghumurdjina”, siguió siendo un importante centro de conexión de la capital Constantinopla con la parte europea del imperio y creció en consecuencia. Muchos monumentos de la ciudad conservados hasta hoy datan de esta época. 
 
La ciudad mantuvo su carácter mayoritariamente griego hasta finales del siglo XVI. En 1548 el viajero francés Pierre Bellon afirmaba que «la ciudad está habitada por griegos y algunos musulmanes». Más tarde se produjeron el desplazamiento masivo de turcos Yoruks desde lo más profundo del Oriente y la islamización de los pomacos con el propósito de reforzar la población musulmana de la ciudad y, por consiguiente, alterar la composición demográfica de la población. Durante ese período, muchos grupos armados de griegos insurgentes operaban en la zona, lo que obligó a Ahmed III a ordenar su disolución con escasos resultados. En las décadas siguientes, Komotiní progresó económicamente gracias al cultivo, elaboración y comercio de tabaco. Los griegos, aprovechándose de la libertad religiosa otorgada por los otomanos, controlaban completamente la actividad económica de la ciudad. Las mansiones que se conservan hasta hoy en día en las calles de Komotiní se construyeron en esa época. Después de la guerra ruso-turca de 1877-1878, una nueva ola de refugiados musulmanes llegó a Komotini.
 
Comunidad judía: En el siglo XVI la comunidad judía de Komotiní se componía por judios sefardíes que eran comerciantes de tejidos y de lana, procedentes en su mayoría de Edirne y Tesalónica. La comunidad se instaló dentro de las antiguas murallas de la ciudad (en 1900 había 1.200 judios) donde, en el siglo XVIII, construyeron su sinagoga. Durante la II Guerra Mundial, los búlgaros, aliados de los nazis, ocuparon la zona y arrestaron a 863 judíos enviándoles al campo de concentración de Treblinka donde fueron exterminados casi todos menos 28 que consiguieron sobrevivir al holocausto. En 1958, la comunidad de los israelíes se disolvió debido a la falta de miembros y, en 2004, el municipio de Komotiní erigió en la entrada del Parque Central un monumento en recuerdo de las víctimas del holocausto. 
 
Cultura, ocio y educación 
 
Komotiní tiene varios museos, como el Museo Arqueológico, el Museo Bizantino y el Museo de Folclore. Al suroeste de la plaza central, se encuentra el Teatro Municipal al aire libre donde se celebran numerosos espectáculos y eventos culturales, como “los veranos culturales de la villa”. Mención especial merece la compañía teatral de la ciudad con una amplia producción anual envidiable para muchos teatros grandes. El bosque Nymfea, situado a seis kilómetros al noreste de la ciudad, cuenta con instalaciones recreativas que comprenden desde senderos, campos deportivos y sitios de recreación hasta espacios para estudios medioambientales. El bosque está atravesado por un camino pavimentado que conduce a las ruinas de la fortaleza bizantina y a la fortificación histórica de Nymfea utilizada en la segunda guerra mundial. 
 
Pero lo que define su actual fisionomía es la presencia de los estudiantes universitarios en la ciudad. La Universidad Democrito de Tracia, con sede en Komotiní, es considerada como una de los mejores de Grecia por su alto nivel de estudios. Fundada en 1973, ha tenido un efecto significativo no solamente sobre el micro-clima económico de la ciudad sino, también, sobre el desarrollo de toda su área urbana. El campus de Komotiní, que cuenta con una población de entre 5.000 y 10.000 estudiantes aproximadamente, es lo que da un impulso dinámico a la vida cultural y social de la ciudad. Sin olvidar que Komotiní es un próspero centro comercial y administrativo cuyas tiendas y servicios se encuentran todos ubicados en torno al centro histórico de la ciudad, lo que resulta muy práctico para el visitante. En pocas palabras, su particular aspecto demográfico, su casco antiguo, sus museos y monumentos y su activa vida cultural y social hacen de ella un destino tentador que nunca defrauda al visitante. 
 
 

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